Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joaquín Rábago.

360 grados

Joaquín Rábago

Con la transición ecológica continuará la explotación de los recursos del planeta

Con la transición ecológica continuará la explotación de los recursos cada vez más escasos del planeta, solo que esta vez no se tratará de los hidrocarburos, sino de los metales y las tierras raras.

Una turbina eólica se compone de cemento, arena, acero, cinc, aluminio y toneladas de cobre: alrededor de 67 toneladas de este mineral en una turbina “off-shore”, para cuya extracción hay que mover casi 50.000 toneladas de tierra y piedra (1).

El científico Matthis Wackernagel calcula que si todos los habitantes de la Tierra aspiraran al mismo estilo de vida que los de un país rico como Alemania, harían falta tres planetas como el nuestro para satisfacer sus necesidades.

Wackernagel ha elaborado un índice que ha bautizado en inglés como el “Earth Overshoot Day” y que marca el día en el que los humanos hemos consumido ya tantos recursos como la Tierra es capaz de regenerar a lo largo de un año. Y en 2001, ese día fue el 29 de julio.

La producción de materias primas es, por otro lado, en extremo costosa: así, para conseguir una tonelada de neodimio, una de las tierras raras que se utilizan en las turbinas eólicas y que aumenta su fuerza magnética, hace falta extraer 77 toneladas de dióxido de carbono.

Los módulos de un parque solar de mil metros cuadrados contienen once toneladas de plata y en un automóvil Tesla del modelo S hay tanto litio como en diez mil teléfonos celulares.

En la fabricación de un automóvil eléctrico se emplean seis veces más materias primas –cobre, grafito, cobalto y níquel para las baterías– que en uno con motor de combustión interna, y algo parecido ocurre con un parque eólico en relación con una central de gas.

Según la Agencia Internacional de la Energía, de aquí al año 2040 se cuadruplicarán las necesidades de determinadas materias primas y en el caso del litio para las baterías, hará falta multiplicar por 42 su ritmo de extracción actual.

Aumenta la importancia de China como proveedor, pero también como explotador de materias primas

decoration

Esos minerales y metales esenciales proceden de un pequeño grupo de países: Chile, para el cobre, Indonesia y Filipinas, para el níquel, China, para las tierras raras, el Congo, para el cobalto mientras que Suráfrica domina el mercado de platino.

Su extracción resulta cada vez más dificultosa, la calidad del mineral deja cada vez más que desear, la demanda supera con mucho a la oferta, y los precios no dejan por tanto de subir.

Según la Agencia Internacional de la Energía, las minas que ya funcionan y las que se abran no serán suficientes para atender la demanda, que no dejará de crecer con los paneles solares, los parques eólicos y los coches eléctricos.

En un solo año, el níquel se ha encarecido en un 26 por ciento, el cobre, en un 43 por ciento, el aluminio, en un 56 por ciento mientras que el del carbonato de litio se ha triplicado.

Los mayores yacimientos de esos metales y tierras raras están en África, en Asia y en los Andes, en algunas de las regiones más secas del planeta.

Y son precisas, como explica el semanario 'Der Spiegel', enormes cantidades de energía para la extracción y molienda de las rocas en cuyo interior se encuentran.

Una docena de multinacionales se reparten el pastel: la suiza Glencore domina el mercado de cobalto; Abermale, de EE UU, el litio; la brasileña Vale, el níquel, y la británica Antofagasta y la chilena Codelco, el cobre.

Al mismo tiempo aumenta la importancia de China como proveedor, pero también como explotador de materias primas en otros continentes como África o América Latina.

Las empresas chinas han invertido en Chile, Bolivia y el Congo, además de otros países, lo que le garantiza su acceso a sus recursos mineros.

Y domina el proceso de refino y concretamente en el de las tierras raras llega al 90 por ciento. China controla además en torno al 75 por ciento de la producción de baterías de iones de litio.

Para intentar mantener, mientras dure la fiesta, nuestro estilo de vida, seguiremos esquilmando los recursos naturales de muchos países pobres y, aprovechando la indefensión de estos, contaminando sus tierras, sus aguas y su atmósfera.

(1) Los datos del artículo están extraídos de una investigación del semanario ‘Der Spiegel’

Compartir el artículo

stats