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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los plazos

A la vista de lo que ha dicho la patronal gallega sobre el Corredor Atlántico de Mercancías, y compartiendo su esperanza de que el proyecto se remate cuanto antes, conviene –desde la opinión personal y con respeto para las que discrepen– recordarle a la CEG que se fije en los precedentes. Por lo que a infraestructuras claves para Galicia se refiere y, sobre todo, a los plazos que se establecieron y los que se cumplieron. Por todos los gobiernos que han sido, y en especial los de los señores Aznar, Zapatero y Rajoy, y ya ni se diga de éste, que no ha tenido tiempo para incumplir, pero que ha mentido en casi tres años más que los otros en veinte.

De ellos –los precedentes– el empresariado podría, si así lo estima conveniente, extraer a modo de moraleja que la política no ha sido generosa con este Reino. Y menos aún si se establecen algunas comparaciones, por odiosas que sean: a los optimistas –y por supuesto a los despistados– les habrá alegrado la noticia de este periódico acerca del inicio del proyecto, pero hay “detalles” que rebajan las expectativas. El primero de ellos es que la inversión anunciada por el gabinete del señor Sánchez habrá de repartirse en anualidades. Es lógico, pero enfría los ánimos.

Lo que se ignora, de momento, es el tiempo a transcurrir desde los informes previos, los trámites reglamentarios y el comienzo y final de las obras. Un periodo que los latinos supieron definir como nadie en cuanto a su término: ad calendas graecas, pues les era conocido lo poco fiable de las previsiones en la Helade. El segundo –detalle– se desprende del anterior, y sirve para justificar el escepticismo que se expone: la inexistencia de plazos concretos da que pensar. El tercero, en fin, son las dudas que varios organismos serios, nacionales e internacionales, han coincidido en señalar sobre los PGE/2022.

Resumiendo desde óptica personal esas dudas, se centran en que las Cuentas son apenas una especulación: la referencia a la seriedad se hace porque solo las defienden el coro de aduladores de Moncloa y el CIS de Tezanos. Así que cada cual puede extraer sus propias conclusiones. En este punto no conviene en modo alguno olvidar que la Confederación Galega de Empresarios –esta CEG sí…– tiene ganados en poco tiempo un sólido prestigio y credibilidad. Y esas dos condiciones la habilitan para constituirse en un grupo de presión positiva donde haga falta para exigir que se respete al Noroeste.

Ese respeto consiste, al menos, en que dé al Atlántico el mismo trato que al Corredor Mediterráneo, ya que será difícil compensar el tiempo perdido. Y en ese sentido lo mismo que se reclanaba de la CEG hay que hacerlo de comunidades como Asturias, Castilla/León y Cantabria para que pasen de las palabras en documentos de. Alianza a los hechos Suman demasiado como para que cualquier Gobierno, y éste en particular según las encuestas, se pueda permitir el lujo de olvidar que su población vota y distingue. Y como se ha dicho en otras ocasiones, eso quiere decir que se acabaron los tiempos en que se podía farolear sin riesgo.

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