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Carmen Pérez Novo.

Recompensar los logros

No sé si estarán al corriente de lo importante que resulta celebrar los logros obtenidos. Pues, efectivamente sí. Lo dicen los expertos. Según ellos, el hecho de recompensarte, tan pronto como hayas completado una tarea clave o un objetivo, va a ser altamente beneficioso. Y, ¿por qué? Pues porque al recompensarte en el momento, tu cerebro provoca emociones positivas, lo que lleva a la conclusión de que tus esfuerzos te ayudan a obtener una recompensa positiva. De esta manera, comienza a vincular el placer, con el llevar a cabo la tarea u objetivo y así avanzar hacia el futuro con más energía y motivación.

Solo se puede construir sobre el éxito. Piensen por un momento cómo se sentirían, por ejemplo, si participaran en un concurso y no hubiera premio para el ganador. No es muy motivador, ¿no es cierto? Pues bien, los mismos principios se aplican al logro de los objetivos. Sean grandes o pequeños. Por eso, las personas expertas en la materia recomiendan que nos recompensemos después de haber logrado una meta en particular. Tenemos que establecer un incentivo específico para cada uno de nuestros objetivos. Por ejemplo, si hemos terminado una tarea, podemos recompensarnos con una comida en nuestro restaurante favorito, o en un paseo por la playa. Y, si la tarea es mayor, entonces podemos permitirnos un viaje, si nuestra economía nos lo permite, o hacernos un regalo. En definitiva, tenemos que acostumbrarnos a establecer algo gratificante, para que lo disfrutemos después de completar una cierta meta.

El efecto beneficioso de las emociones positivas

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No sé si muchos de ustedes ya habían oído hablar de esto y están llevando a cabo estas medidas, pero lo cierto es que un elevado número de expertos en la materia, psicólogos, psicoterapeutas, hacen especial hincapié en los grandes efectos positivos de todas ellas. Además, son muy gratificantes. Y como dice el refrán “todo trabajo bien hecho, merece una recompensa”, ¿no les parece?

Pues bien, señoras y señores, hay un ejercicio muy sencillo, que se puede llevar a cabo al final de cada día, y consiste, sencillamente, en anotar los dos o tres principales logros obtenidos, no importa lo grandes o pequeños que sean. Y durante unos minutos, regodearse con ellos. Y en cuanto a lograr una tarea clave o un objetivo, recuerden, siempre hay que celebrar. Si lo llevan a cabo, se darán cuenta que, recompensarse por las victorias grandes y pequeñas, marcará la diferencia.

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