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DESDE MI ATALAYA

Manuel Torres

Otra ocasión perdida

Que nuestra villa pierde una ocasión tras otra, desgraciadamente no es nada nuevo, suele ocurrir con demasiada frecuencia; bien porque las corporaciones, genuinas representantes de todos los marinenses, no supieron o no quisieron hacer nada para tratar de conseguirlo o evitarlo. Recordamos, en el siglo pasado, la inacción de nuestros representantes con el cierre del lazareto de Tambo, vital para el futuro de nuestro puerto, o la no comparecencia en la Reunión de París, para el ordenamiento de tráfico trasatlántico, etc.; y en este siglo, la renuncia a cualquier derecho que Marín pudiera tener sobre la isla de Tambo. ¡Cousas veredes! Pero, ¿cómo se puede renunciar a un posible derecho, que es de todos los marinenses, sin consultarlo?

Pero hoy queremos llamar la atención de otra ocasión perdida sobre seguridad del tráfico, con motivo de la remodelación del paseo de la avenida de Ourense, que demuestra el poco interés, o la poca preocupación que tiene nuestra corporación cuando se ejecutan las obras que necesariamente deben tener el control y la supervisión. Y deberían consultar con los entendidos en la materia, o a sus asesores, si los hay, para aprovechar al máximo la obra y sacar el mayor provecho. Nos referimos a la tan cacareada remodelación de la avenida de Ourense, con fotografías y un despliegue de propaganda nunca recordado. La calle es la más importante arteria para entrar y salir de nuestra villa y es la que más tráfico soporta. Y en ella se producen infinidad de accidentes y atascos, unos menos graves y otros más graves. Que con esta remodelación pudieron, por lo menos algunos, haber evitado con una mínima y gratuita planificación.

Nos referimos a los aparcamientos, que simplemente, con cambiar el sentido del aparcamiento, estaría solucionado, ganado mucho en seguridad. Estos aparcamientos, en batería oblicua, se debieron haber cambiado para que en vez de aparcar de frente se aparque marcha atrás. Ello evitaría las dificultades de la falta de visión al salir, pues obliga a una entrada en la vía sin saber si viene o no viene algún vehículo. Y sencillamente no costaría nada, solamente que el pintado oblicuo se hiciera en el otro sentido, para aparcar marcha tras, y salir de frente con toda la visibilidad para hacerlo. Además, en caso de que tener que abrir el maletero, no habría que invadir la carretera, pues se haría desde la misma acera, sin riesgo alguno. Sencillo y gratuito. Pero para eso es necesario que los responsables municipales, estuvieran en lo que se entiende que tienen que estar, y no solamente hacerse fotos para salir en los medios. Si es que hay asesores, ¿dónde están? Porque no se puede decir que la culpa es de los ingenieros que lo hicieron, que es lo que dicen siempre, pues el último responsable es la corporación, que tiene la obligación de velar por ello.

Y no con esas, como no hay una sin otra, recientemente pintaron el aparcamiento de la calle Lameira, y volvieron a cometer el mismo error. Y como no hay dos sin tres, avisamos para que esto no vuelva a suceder. Por eso no vale tanta propaganda, y si estar más atentos a lo que se hace, y hacerlo bien, pues la seguridad vial también es una obligación de la corporación.

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