Se le aventuran días de plomo a Pedro Sánchez, al que ha durado poco el volteo del botafumeiro de la vacunación en masa. El imparable precio de la factura eléctrica se le viene al Presidente encima con la fuerza del desembalse de un salto de agua de Iberdrola y amenaza con arrastrarle el sombrajo de la negociación presupuestaria del próximo ejercicio. Tiene el Presidente de manos a sus socios de Gobierno, que amenazan con cortocircuitarle las cuentas de 2022, año en el que presumiblemente las vacas volverán a ser flacas después de una época de reses pau¬pérrimas.

A los iluminados podemistas se les ha encendido la bombilla de las ideas brillantes y amenazan con llamar a la movilización popular contra el Gobierno del que forman parte, para ganar en la calle la bajada del precio de la luz. El mundo al revés, los pájaros que disparan a las escopetas: los que mandan contra los que mandan, y la oposición muerta de risa, rascándose la barriga, a ver a cuántos voltios salta el calambrazo. En vez de echarle un cable al PSOE en el dislate eléctrico, los morados le encienden a su socio la silla eléctrica.

En un país donde las posiciones políticas alcanzan ya distancias siderales, el tema de la factura eléctrica exige consensos

Ocurre que fijar precios máximos de la luz no lo contempla el derecho comunitario, y en esa evidencia se escuda Sánchez para no intervenir en el mercado energético, gobernado por un “lobby” feroz que durante décadas ha sabido manejar el enchufe para sentar a políticos en sus consejos de administración en premio a los servicios prestados.

En un país donde las posiciones políticas alcanzan ya distancias siderales, el tema de la factura eléctrica exige consensos. Se trata de un asunto de Estado, puesto que afecta al bolsillo del ciudadano y a la competitividad de las empresas. Hace falta un gran acuerdo de los grandes partidos para resetear el sistema y sacar del recibo de la luz todos los costes que no corresponden a la energía. Es la única manera sensata de aligerar la factura, que incluye más conceptos ininteligibles que una clase de teoría del cierre categorial dictada por Gustavo Bueno.