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Juan Carlos Herrero

Alicia en los Picos de Europa

El valor del silencio

¿Cuál es el murmullo y la luz en lo más alto de los Picos de Europa cuando tus oídos apenas rozan los diez años de vida, como los de Alicia, la hija del montañero gallego que falleció practicando escalada en Asturias?

No hay cultura que no adore a su montaña, el Uluru en Australia, Machapuchare en el Nepal o el Monte Graham en Arizona, donde alcanzar el cielo por su transparencia.

Dice nuestro cantautor por excelencia, Serrat, “a menudo los hijos se nos parecen, cargan con nuestros dioses y nuestro idioma” añadiríamos a la cita –y con nuestras aficiones–. No hay conciliación para tanto dolor.

Una familia nuclear forma una expedición para besar el cielo, esa es la única causa por la que arriesgas a llevar contigo a tus seres amados.

Quienes perdimos a un padre, siendo más niños aún que Alicia, podemos compartir el sueño que nos asiste –de por vida–, alzamos el vuelo onírico para recogerle en esa caída al infinito, es lo único que se nos ocurre para compartir con madre e hija montañeras el dolor por la pérdida de Alfonso, su padre y esposo, ellas estaban presentes. Silencio.

Joan Manuel Serrat continúa su oda a los hijos: “Cargan con nuestros rencores y porvenir…” Alicia debe seguir amando la montaña, pese a todo, sabrá que la fuerza de la memoria nos hace mucho más libres para escalar más alto y afrontar la vida sin tu progenitor, sus frágiles pies son la raíz del árbol que Alfonso dejó tutelado, erguido en ese estadio incompleto de los diez años, tan maduro a la vez.

El silencio de los Picos de Europa es el mejor homenaje a las familias de los montañeros que buscan esa espiritualidad, la claridad exclusiva de los que emprenden un vuelo solo para escogidos. Silencio.

Alicia, en la maravilla de los Picos de Europa, comprenderá cuando la vida la despierte de ese sueño, la complicidad familiar que los tres buscaron. No hay letras de canción, hay el silencio de la cúspide, indescriptible para un escribano que desea compartir su dolor. Es Alicia, solo ella, la que puede hablar. Silencio.

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