Estamos de luto los gallegos de algunos municipios que acostumbramos no cocinar y dar algo de ganancia al sector de la restauración. La Xunta de Galicia, armada con su recién estrenada ley sobre emergencias sanitarias, nos condena a no poder almorzar o cenar en el comedor de nuestro restaurante favorito si no nos han llamado todavía para vacunarnos y no presentamos una PCR realizada en las últimas 72 horas (con lo cual a los almorzantes o cenantes habituales no nos queda otra que acercarnos al centro de salud cada tres días). Esperemos que el estío se muestre clemente con nosotros, sufridos comensales –por la fuerza– de terraza. Y es que en ocasiones, medidas adoptadas con propósito acaban convirtiéndose en auténticos despropósitos. Se ha lucido, señor Feijóo.