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Luis M. Alonso.

sol y sombra

Luis M. Alonso

La agenda oculta

Es sabido que a Sánchez le importa exclusivamente Sánchez. Ese interés desmesurado por sí mismo roza la temeridad. Si no fuese así no se entendería por qué, descreyendo del independentismo, se la juega de la forma en que lo hace existiendo otras fórmulas menos comprometedoras para el país y la supervivencia de sus instituciones. Ha mentido tanto que ya nadie le cree, incluso cuando él mismo está convencido de decir la verdad. El único capaz de calibrarlo como se merece en la mentira es Junqueras, otro sujeto engañoso que ha hecho de la falsedad el arma más afilada de su estrategia jesuítica.

El único capaz de calibrar a Sánchez como se merece en la mentira es Junqueras

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Cuando el presidente del Gobierno recalca en el hemiciclo del Congreso que nunca habrá un referéndum de autodeterminación en Cataluña y enfatiza, acto seguido, que jamás sucederá algo así, todos los españoles, no solo Rufián que se jacta de conocerlo mejor que nadie, se temen precisamente lo contrario. Es ocioso ponerse a razonar sobre cuántas veces ha traicionado Sánchez su palabra, pero para acreditarlo ahí están los casos de Pablo Iglesias, Bildu y los recientes indultos, entre otros muchos. Es cierto que aplicando la lógica se podría pensar que cualquier persona sensata decidida a llevar a cabo la reforma del sistema político que requiere el referéndum tendría que haberse puesto de acuerdo antes con la oposición y que si Sánchez no ha dado este paso es porque tiene previsto satisfacer la voracidad nacionalista mareando voluntades, dejando pasar el tiempo hasta que sea el centroderecha el que se encuentre en el futuro con la patata caliente.

Puede también, sin embargo, que la hiperventilación independentista no se acomode a los ritmos de la Moncloa, y a Sánchez le salga el tiro por la culata. El resto de las fórmulas para entretener al tiempo que maneja el Gobierno ya han oído hablar de ellas, consisten en una especie de descomposición gradual disfrazada de dialogo constructivo: la famosa consulta no vinculante o cualquier otro tipo de sucedáneo escondido en una agenda oculta.

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