El Gobierno de España desde el día 26 permite el no hacer uso de las mascarillas en los lugares abiertos. Están haciendo lo que han hecho en Europa y nuestro Gobierno lo hace ahora. La verdad que la mascarilla no nos gusta a nadie. Nos da la impresión de estar preso con un grillete en las manos. Los que usamos gafas, en mi caso para protegernos los ojos, evitaremos que se nos empañen los cristales y veremos mucho mejor. Coincidimos con los días de más luz, los días más largos del año y volveremos a reunirnos y disfrutar de una cierta normalidad.

Nuestra ministra Celaá, que manifestó que los hijos no eran de los padres, debía de adelantar la vacunación de los chavales para que a partir de octubre los niños pudieran disfrutar de la compañía y alegría de sus compañeros.

En estos días tendremos el indulto de los culpables de la rebelión en Cataluña y el señor Sánchez cometerá un grave error, indulto sí pero con arrepentimiento, si no volveremos a las andadas con nuevos desafíos que nuestro país llamada España no puede consentir. Estamos en una situación grave, un déficit gigante y con grandes desafíos como la baja tasa de natalidad hasta una desconfianza manifiesta no solo de los españoles si no de toda Europa. Hace falta un nuevo gobierno formado no ya por políticos si no por grandes tecnócratas que den confianza y arreglen este desaguisado que nos ha llevado el coronavirus y este gobierno social-comunista.

Tenemos todos que arrimar el hombro y ser realistas y mentalizarnos que esta terrible situación solo la podemos arreglar con mucho trabajo y una gran dosis de “sentidiño”, dudo que el actual gobierno dirigido por el señor Sánchez lo pueda lograr, hace falta que tengamos mucha resilencia y esto es ánimo y valor ante la adversidad. Debemos hacerlo, pues cuando el buen sentido de los españoles elija un gobierno de centro tendremos un camino lleno de trabajo, esperanza e ilusión.

Si Dios quiere estamos en camino de vencer el COVID-19 pero las secuelas del mal gobierno nos va a exigir hacer un esfuerzo de titanes para superar la bancarrota en que estamos inmersos, yo aconsejaría a todos prudencia y ánimo, ya lo dijo en canciller alemán Bismark hace más de un siglo: “España es un país tan fantástico que a pesar de los malos gobiernos ninguno ha conseguido quebrarla” ¡Ojalá tenga razón! Y que los esfuerzos que tenemos que hacer no sean tan grandes que desfallezcamos en el camino.

Es hora de ser fuertes y los que somos creyentes tenemos motivos para sufrir y para aguantar, a todos ánimo que parafraseando a Santa Teresa “que sea una mala noche en una mala posada” y que la luz y la paz vuelvan a nuestras vidas.