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Sosa Wagner

Apellidos de infamia

Aunque no está decidido, se ha discutido y el botarate de guardia del ministerio de Madrid lo ha planteado:

–Debemos suprimir los nombres de Ramón y Cajal, Menéndez Pidal y Gregorio Marañón de cualquier rótulo oficial.

–Y el de Juan de la Cierva –ha añadido el botarate adjunto, sección sectario, del subgrupo de necios sin remedio.

En nuestra ignorancia habíamos tenido estos nombres durante años como ejemplos de intelectuales de relieve, auténticos sabios, alguno de ellos distinguidos con el Premio Nobel, profesores universitarios solventes, glorias nacionales.

Todo parece ser un espejismo, fruto de la propaganda, mendaz pero sabiamente administrada de las fuerzas reaccionarias que confunden con su perversión ideológica a millones de españoles de buena voluntad.

En el Congreso de los diputados se ha oído:

–Vamos a ver –ha dicho desde el banco azul, el (la) portavoz (a)–, Marañón escribió un libro, según la Wikipedia, titulado El Greco y Toledo. Pues bien, en ningún sitio consta que lo plagiara.

–¿Es original suyo? –han clamado desde los escaños propicios–. ¿Cómo se puede consentir este desafuero?

–Quien sostiene haber escrito un libro original es un pedante –cacareó un orador.

No acabó ahí el escándalo. Salieron a relucir otras obras de este Marañón relacionadas con la endocrinología y un librito titulado Ensayos liberales donde el tunante sostiene que “se debe ser liberal como se es limpio o, como por instinto, nos resistimos a mentir”.

–Aclarado –vociferó el secretario del grupo de la mayoría–. Es liberal, o sea, de derechas. ¿Escribió algo inclusivo o transversal?

–Ni una palabra, según se afirma en las redes –respondió el (la) portavoz (a).

No pasó desapercibida la referencia a la mentira en el texto de Marañón. Se animó el debate:

–O sea, que la cosa más natural y limpia del mundo es no mentir. ¿Cómo se ha podido consentir esta insolencia hasta ahora?

"De Juan de la Cierva se ha descubierto que inventó el autogiro, pero el pobre no cumplió jamás los objetivos de desarrollo sostenible"

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–La mentira –dijo un diputado que jamás terminó unos estudios, mejor dicho, ni siquiera los empezó– la mentira en la política, sostener una cosa hoy y la contraria mañana, es el signo de identidad de nuestro proyecto que rinde homenaje a la mudanza, al cambio ilusionante, al regateo ingeniosoLo contrario es el inmovilismo, justo lo que nuestro grupo condena y persigue.

Los casos de Ramón y Cajal y Menéndez Pidal hasta ahora se han tratado con cierta prisa, no en vano estamos pendientes de la retransmisión del partido de la segunda vuelta de los cuartos de la Contrachampions.

Pero ya el ponente parece que tiene escrito:

–Ninguno de los dos se presentó jamás a unas elecciones primarias. Ambos, por si fuera poco, fueron machistas convictos. Con esto ya está dicho todo.

Rugido de asentimiento.

De Juan de la Cierva se ha descubierto que, como era un engreído, inventó el autogiro pero el pobre no cumplió jamás los objetivos de desarrollo sostenible ni supo nunca lo que era la transformación social competitiva.

Con suerte nos libraremos de estas cuatro calamidades.

Y, si no son estas, en todo caso, la limpieza proseguirá. Ningún carca debe esperar el indulto.

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