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Javier Cuervo.

Un millón

Javier Cuervo

Pregunta, que no molestas

Parodiando la humildad franciscana, el maestro periodista Julio Puente repetía “¿si pregunto, molesto?” para enseñar el valor de interrogar. Cada vez que me han respondido “me alegro de que me haga esta pregunta” he sentido que fracasaba. Esto ocurría hace años, cuando importaban las preguntas y se eludía la respuesta comprometedora ofreciendo una parte de ella o una declaración que no contestaba pero tenía algún valor de cambio para el periodista ante su jefe y el público. Detecté las primeras respuestas robóticas en políticos de Alianza Popular que regresaban de unos cursillos en los que aprendieron las llaves del cinturón amarillo del judo comunicativo. Un talentoso autodidacta socialista me contestó “sí” mientras cabeceaba “no”.

La comunicación política ha progresado hacia la incomunicación. Muchos políticos han pasado de no sentirse obligados a la sinceridad a no sentirse concernidos por la pregunta y de no sentirse obligados a la verdad a repetir profesionalmente la mentira, calificada como “verdad alternativa”. En paralelo se ha pasado de evitar la respuesta a evitar la pregunta (con plasma, en comparecencias sin preguntas y en respuestas sin pregunta en sus redes sociales). Lo último es que las cuestiones (si pregunto, ¿molesto?) sean abucheadas por “espontáneos” para que sólo se interrogue sobre lo que interesa contestar: “me alegro de que me haga esta pregunta”. La hemeroteca, como elemento de contraste, importa a los periodistas y al público pero la última generación de políticos está inmunizada a su efecto urticante.

Todo esto, que perjudica a la ciudadanía y al buen funcionamiento de la sociedad, no sólo sucede entre periodistas y políticos. En los acelerados comienzos de las sesiones de control al gobierno oímos preguntas que no preguntan replicadas con respuestas que no responden y si en el rifirrafe de la lectura de textos para sordos sale una cuestión directa es respondida por un silencio elocuente y firme. Todo es blablablá y las respuestas están en otra parte.

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