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El engaño

Hemos estado todos de acuerdo que cuando se generalizó la pandemia, en el primer trimestre del año pasado cuando los fallecimientos de centenares de personas diariamente nos impactaron de lleno, se habilitara un importante presupuesto económico a gran velocidad en los países avanzados, y a la cabeza la Unión Europea, para desarrollo acelerado de vacunas con las que erradicar la enfermedad.

La dotación de cantidades antes nunca vista para investigación y desarrollo de vacunas, orientaron a las empresas hacia el inmenso negocio que se abría delante, con una clientela potencial constituida por toda la población mundial y venta de dosis incalculable dado que aún hoy se desconoce cuántas serán necesarias inocular para acabar con el virus. Nunca ha habido tanta concentración de dinero para acabar con un virus, teniendo muchos ejemplos de enfermedades que no se han desarrollado vacunas simplemente porque no se pone dinero para hacerlo y la razón principal es que no es negocio.

Por tanto, lo que hoy estamos viendo si poner esta u otra vacuna, es simplemente, aunque parezca una estupidez, un problema de comercial y de negocio. Las vacunas compradas de forma muy anticipada a su creación por la Unión Europea garantizaban en el papel la disponibilidad para vacunar a todos los ciudadanos europeos, pero la avaricia rompe el saco. Importantes empresas que se comprometieron a suministrar vacunas no cumplieron con su compromiso y hoy se está sustanciando una inmensa batalla jurídica que veremos donde acaba.

Es obvio que si en el Reino Unido se ha vacunado a la gran mayoría de la población, al mismo tiempo que el suministrador de las vacunas incumplía con Europa los suministros acordados y pagados, coincidiendo además con el más insolidario de los nacionalismos manifestados en el Brexit, despechando los vínculos con Europa, está claro que había que girar la estrategia de vacunación en España hacia la solución que más garantice la entregas de dosis para alcanzar los objetivos de vacunación y esta solución debería estar también en línea con nuestros socios europeos, fundamentalmente Alemania y Francia.

A partir de aquí, en España empleamos mucho tiempo en batallas sobre que vacuna es la mejor en vez de centrarnos en lo importante que es conseguir el avance de la vacunación. Hasta el momento Astra Zeneca solo ha suministrado 50 millones dosis de los 300 comprados, incumpliendo lo acordado.

*Economista

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