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Antonio Touriño

Mirador de Lobeira

Antonio Touriño

El céntimo kilométrico

El Gobierno quiere instaurar un peaje de un céntimo por kilómetro en las autovías para sostener su mantenimiento. La decisión, aunque controvertida a nivel nacional pues para ir a Alicante o a Sevilla, el común de los mortales tendrá que aflojar el monedero a partir de 2024, en O Salnés cayó como agua de mayo.

Pues bien, ¡que lo sepan!, la comarca arousana aplaude la decisión y lo hace de forma unánime ya que por fin se barrunta que llega el fin a la discriminación secular que en materia de infraestructuras ha sufrido su territorio.

Nadie olvida la banal excusa de la complicada orografía del Noroeste, algo que nunca se mentó cuando los ingenieros idearon pasos de altísima capacidad por el Guadarrama, Sierra Nevada o los Picos de Europa. ¡Menuda milonga!

Ahora, con la propuesta de Calviño y otros ministros, O Salnés saca la bola premiada de una decisión estatal, nacida de la inercia de la política o, simplemente, porque ni siquiera pensaron en sus repercusiones.

Las deficiencias de comunicaciones terrestres van a ser positivas por una vez, simplemente en el sentido de que en la comarca no hay autovías. Y, por tanto, coste cero, a partir de 2024, para circular en la costa arousana dado que la única vía de alta capacidad que cruza la comarca es la que lleva de Sanxenxo a Curro, 17 kilómetros de la Xunta; y a Feijóo no se le ve dispuesto a seguir las instrucciones para que Sánchez satisfaga las pretensiones de Europa en estos momentos.

Con esta salvedad y la que pudiera corresponder a los que tengan que circular por la A-52, la A-6 u otras de largo recorrido, incluidos transportistas, los que solo tengan que coger el coche en la espectacular comarca arousana disfrutarán del privilegio frente a los demás.

Se invierten, por tanto, los papeles de modo que visitar Vilagarcía, O Grove, Sanxenxo, Cambados o A Illa va a resultar apetecible para el resto de España, una espléndida oportunidad, simplemente porque se podrá transitar por todo el territorio de forma gratuita, cuándo y cómo se quiera.

Nunca tan de agradecer como ahora el escaso compromiso histórico de las administraciones con la red de carreteras de la comarca, por el simple hecho de que ahora es imposible gravar lo que no se tiene.

En definitiva, la decisión del Gobierno que ya ha consultado con Europa consigue darle la vuelta a las mangas de la chaqueta de una comarca que ahora mira con ilusión a su futuro y que debe aprovechar para mejorar su tejido industrial, su potencial paisajístico y turístico y hasta su comercio.

Todo porque venir a O Salnés va a resultar rentable gracias a su intrincada y sinuosa red de carreteras secundarias, sus espectaculares corredoiras y los ingeniosos atajos, cuyo trazado algún político aseguró hace unos cuantos años diseñaba un burro al acomodar su recorrido.

Gracias por ese olvido, por ese silencio de las administraciones a las reivindicaciones de tantos años para lograr mejores comunicaciones; también por haber apartado a O Salnés de la política electoral sobre los ejes de comunicación modernos.

Ya nunca más hará falta reclamar una autovía entre Vilagarcía y Pontevedra, ni desdoblar la carretera hacia Santiago o Barbanza ¿Para qué una mejor conexión con la Meseta o con Europa?

Los arousanos están acostumbrados a emplear su tiempo en vías secundarias y ahora ya no necesitan ninguna autovía más. Les llega con su mapa de siempre, ese que permite conocer los paisajes más impresionantes de la tierra de promisión. Un lujo al alcance de todos sin el lastre del “céntimo kilométrico”.

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