El cultivo del eucalipto es percibido por los silvicultores como la opción forestal, avalada por su experiencia, que, con menor esfuerzo, les puede aportar más rentabilidad y más rápido. Sin embargo, una parte importante de la sociedad, percibe que, estas decisiones individuales, cuando se generalizan suponen un impacto no deseable, especialmente sobre paisaje y biodiversidad.
Hace unas semanas, un artículo en el European Journal of Forest Research postulaba que: “En cuanto al eucalipto, la planificación territorial debe considerar límites a la expansión del área cubierta por las plantaciones, manteniendo un equilibrio entre los usos del suelo y apoyando la gestión activa (…), la mejor manera de mantener los beneficios de las plantaciones para la economía de los países donde se cultivan y para los ingresos de los propietarios privados, minimizando al mismo tiempo sus impactos ambientales, es gestionar cuidadosamente las plantaciones de eucalipto tanto a nivel de parcela como a nivel de paisaje.”
Estas conclusiones desde el ámbito científico coinciden con el consenso alcanzado en el Grupo de Trabajo sobre las Directrices del Plan Forestal de Galicia, formado, entre otros, por representantes de silvicultores, comunidades de montes, empresas, grupos ambientales y colegios profesionales. Este grupo estableció como una de las metas del Plan Forestal de Galicia el “mantenimiento o reducción de la superficie de eucalipto en Galicia”.
Después de una cierta estabilización de las áreas cubiertas por eucalipto, restringidas a la fachada costera mientras el eucalipto globulus fue la especie preferida para repoblar, en la última década hemos venido asistiendo a un incremento cada vez más acelerado de las repoblaciones con eucalipto nitens, especialmente en aquellas comarcas interiores donde el cultivo de la primera no era posible por su escasa tolerancia al frio.
Además, cada vez es más evidente la necesidad de apostar por una pluralidad de cadenas de valor, lo más largas posibles y que permitan que la mayor parte del valor y el empleo se agregue en Galicia. Actualmente, bastante más de la mitad de la madera de eucalipto que se aprovecha sale de nuestra comunidad en forma de troncos sin transformar. La facilidad por esta producción no debe dificultar ni el desarrollo de otras alternativas que contribuyan más a la economía, ni que el mayor retorno del sector provenga de generar más valor, pero no necesariamente en más superficie.
La inminente suspensión temporal, anunciada por la Consellería do Medio Rural, será clave para, emplear ese tiempo en analizar la mejor información posible para desarrollar alternativas a la especie estableciendo los oportunos incentivos para las mismas, hacer definitiva –donde proceda– la prohibición, estudiar qué diferencias en la regulación se deben dar por área geográfica, tipo de propiedad, uso del suelo y perfeccionar los sistemas de control y seguimiento de la regulación, entre otras cosas.
Aplanar la curva del incremento de superficie es imprescindible como lo ha sido, en el actual contexto pandémico, establecer limitaciones a la movilidad, aunque algunos salieran escapando de las grandes ciudades en el último minuto, dando así la razón a la necesidad de limitación.
Si crees que puedes estar en un agujero, lo mejor es dejar de cavar para comprobarlo antes de que no puedas salir.
*Profesor de Selvicultura. Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra. Universidad de Vigo