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DESDE MI ATALAYA

Manuel Torres

Patrimonio histórico marinense (XI)

Bajando la carretera hacia Pardavila, en el cruce con la pista que va a Penizas, se alza un sencillo pero esbelto crucero, con su columna de fuste cuadrangular y aristas biseladas y su cruz igualmente lisa y biselada. No tiene efigie ni inscripción alguna y se levanta sobre una triple basamenta que forma una escalera circular, cuyos peldaños están siendo removidos de su asiento. No parece anterior al siglo XVIII.

Tomando esta pista que nos conduce a Ruanova, y a unos cincuenta metros del empalme con la carreta de Santomé, arrancando por una pista que se a la derecha, después de una curva muy cerrada, nos encontramos, dentro de una finca, la Capilla de “Nuestra Señor del Carmen”. Su fundación parece que se debe a un cura natural de aquel lugar y que vivió en dicha casa familiar. Es de traza barroca, con puerta de entrada formando arco de medio punto. Conserva en su interior el altar de piedra y la hornacina central con restos de pinturas murales, que sería preciso estudiar. Frente a la Capilla, se levanta un magnífico hórreo de piedra que lleva la fecha de 1870, aunque la capilla puede ser de últimos del siglo XVIII. Loa antiguos propietarios de la finca, quizás después de fallecido el cura, se ausentaron a América en el siglo XXIX, sin dejar noticia de su paradero. Dicha propiedad fue comprada por los padres del actual propietario.

Volviendo a Marín, nos dirigimos a San Julián de Marín de Arriba, al atrio de la iglesia parroquial, también primitivamente románica, fue renovada en el siglo XVII, privándola de sus elementos artísticos anteriores. En su fábrica actual se conservan por ambos lados poderosos contrafuertes que debieron pertenecer a la primitiva construcción. En su interior se advierten en su fábrica, dos grandes arcadas ciegas que debieron ser capillas. Su fachada principal hacia el oeste, conserva la puerta con arco de medio punto y en su interior, se observa el aprovechamiento de los elementos antiguos en su reconstrucción. Falta alguna imagen, de las primitivas y desplazado ligeramente de su primitiva situación, como consecuencia de la ampliación del camino alrededor del atrio, es un ejemplar del siglo XVII, concretamente del 1.630, según figura la inscripción al pie del mismo. Tiene la columna de sección cilíndrica que termina en un capitel corintio con las efigies del Crucificado y de la Virgen, por uno y otro lado de la Cruz, delante tiene una mesa de piedra donde suele hacerse la parada de la procesión del Corpus.

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