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Javier Guerra opinador

Vigo no necesita disculpas, sino un modelo

Esconder los fracasos políticos bajo el pretexto constante de las competencias de cada uno es un acto de cobardía política. Hace unos días, lamentaba en este mismo periódico que Vigo no tenga un plan B en su estrategia de desarrollo como ciudad a la apuesta del actual Gobierno local por hostelería y el ocio, basada en un hito muy poco diferenciador, como es la Navidad. Es obvio que Vigo sí dispone de fortalezas desde el punto de vista de una estrategia de diferenciación en actividades sobre las que concentra habilidades y conocimiento, como la pesca, la automoción o la construcción naval y, en general, la innovación industrial.

Poco después, D. Abel se apresuraba a responder, también en estas páginas, que la industria no es competencia del Ayuntamiento. Pero yo le digo que establecer un modelo de ciudad ajustado a la realidad, con unos objetivos claros y bien definidos, sí lo es. Y todos conocemos el modelo de “ciudad” por el que ha apostado este Gobierno local. Y estoy de acuerdo con que uno de los objetivos debe ser el de disponer de una ciudad acogedora, pero no puede ni debe ser el único. Y, para que no se diga, adelanto que me gusta la Navidad...

En otro artículo, señalé como una realidad innegable que el Gobierno local de Vigo no convocó en 2020 ninguna ayuda directa a la hostelería para compensar el esfuerzo que se le ha pedido en la lucha contra la pandemia. Y de nuevo D. Abel se apresuró a responder. Dice que tampoco son sus competencias, ya que las normas que obligan a cerrar estos negocios no son municipales y que debe pagar quien obliga a cerrar. Como si la economía de sus ciudadanos no tuviera nada que ver con él.

En cambio, yo le digo que también tendrá su parte importantes de responsabilidad quien ha alentado a la hostelería a convertirse en un sector estratégico de desarrollo. Lo dice en su propio artículo: el “Ayuntamiento ha apoyado a la hostelería llenando locales”. Y, ¿ahora qué? Ese apoyo no sirve en esta situación de pandemia, y lo que necesitan los hosteleros son medidas mucho más concretas e inmediatas: ayudas directas y exenciones fiscales. Y no llega con no tener canon de terrazas o perdonar el recibo de la basura. Se puede hacer mucho más. De hecho, otros ayuntamientos, como A Coruña, Lugo, Ourense... sí convocaron ayudas en 2020.

Por último, apeló D. Abel a mi experiencia como empresario para conocer el significado del valor de la marca y justificar los espectáculos del alcalde en TV y redes sociales. Claro que conozco el valor de la marca. Pero, como economista que es sabrá que el valor de la marca no sólo se mide en función de clicks o impactos sino, fundamentalmente, también de reputación. No le tendré que recordar yo el caso de la “influencer”, que con más de dos millones y medio de seguidores en Instagram fue incapaz de vender 26 camisetas para poner en marcha un negocio textil. Y, en este sentido, no es para nada lo mismo una marca personal que la reputación de una ciudad. Que es de lo que estamos hablando.

*Senador del PP

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