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Luis M. Alonso.

Sol y sombra

Luis M. Alonso

La mudanza

Tras un fracaso en cadena, Pablo Casado ha anunciado mudanzas en el PP. Para ello circula una “hoja de ruta” algo imprecisa, pero la novedad consiste en el cambio de sede nacional. Aunque Génova,13 ejemplifique un pequeño mundo en descomposición es también la historia de un partido que no se puede borrar por el simple hecho de trasladar los despachos y demás dependencias a otro edificio. Funcionalmente es, además, un error interpretativo porque, por cambiar de barrio, la izquierda no va a dejar de pasarle a los populares las mismas facturas cuantas veces sea necesario. Simbólicamente es mercancía averiada que solo servirá para establecer metáforas sobre la decrepitud de un liderazgo y la falta de una respuesta eficaz a los malos resultados electorales. Poner tierra de por medio acordonando sanitariamente el pasado no es solución si el adversario no está dispuesto a olvidarlo.

La mudanza que el PP requiere para seguir siendo una alternativa de gobierno en este país es otra distinta. Parte de un cambio cultural y de principios que Casado no ha sabido impulsar y tiene que ver con las ideas. No con reemplazar una sede por otra, ni buscar un rasputín que moldee la última estrategia “transversal” que se le ha pasado por la cabeza al atolondrado líder de los populares y a su guardia pretoriana. Distanciarse de Vox quizás sea higiénicamente necesario pero no por que lo exija el PSOE que ha renunciado prácticamente a la socialdemocracia para formar parte del ala derecha de un frente antisistema juntándose con Unidas Podemos y estableciendo acuerdos de conveniencia con los separatistas. Para mantener a los nacionalistas españoles a raya es necesario dar la batalla ideológica del liberalismo constitucional y alentar un proyecto creíble para los ciudadanos moderados que no quieren estar a rebufo de lo que la izquierda imagina o propone para este país de acuerdo con los lo que lo quieren romper y fragmentar. Si no, al Partido Popular le aguarda el final de la UCD.

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