Bajando por el camino que conduce de la “Casa de la Brea” a la carretera de Marín a Bueu, en la misma curva, nos encontramos de frente con el Pazo de San Blas de Aguete, conocido antiguamente por la “Torre de los Gago”, del siglo XVII, que fue, en unión del viejo caserón del Chirleu, parte del patrimonio familiar, y que fue la casa matriz de Don Antonio Gago de Cervela y Novoa (o de Gago de Figueroa), casado con Dña. María de Mendoza y Sotomayor, el que unió los dos mayorazgos, originando con ello tristes pleitos entre sus descendientes.
De este casamiento tuvieron tres hijos: Antonio Benito, Juan y Pablo Payo Gago de Mendoza y Sotomayor.
El primogénito, que era Don Antonio Benito, con la unión de los dos mayorazgos, paso a poseer el de Gago y de Rajó, y según la cláusula del fundador el primero de ellos, el de Gago debía pasar a manos de su hermano Pablo Payo, por no poder suceder en el mismo el hermano segundogénito, don Juan, por ser eclesiástico.
Sin embargo, don Juan, vivió en dicha casa y fue párroco de Santo Tomé de Piñeiro de 1969 a 1712, falleciendo el 3 de febrero de este último año. Fundó la capilla de San José, construida dentro del recinto del Pazo, llamada después de San Blas, según consta en escritura otorgada ante Pedro Álvarez, escribano de Marín, el 20 de octubre de 1712, dejando a su muerte una obra pía de dos capellanes con la dotación de doscientas misas cada uno.
Desgraciadamente hoy, el pazo está muy cambiado, pues la permisividad de los tiempos, autorizaron a hacer arreglos, deformando su primera estructura, quedando, a la vista, la balconada y un magnífico escudo, precioso ejemplar que se conserva en la fachada del Pazo, de grandes proporciones.
El campo del escudo está dividido en diez cuarteles, en los que figuran los blasones de las alianzas familiares, de los Montenegro, Gago, Freire de Andrade y Sarmiento. El escudo va timbrado con la corona de caballero.
Y como dijimos, dentro del Pazo, se encuentra la capilla, hoy dedicada a San Blas, primitivamente dedicada a San José, pero con el tiempo trascendió mucho más la fama de San Blas, donde se celebraba una gran romería, que trascendió hasta nuestros días, aunque ha decaído enormemente de su antiguo esplendor, pues se acercaban peregrinos de toda la comarca y aun de fuera. Al tiempo se podrá disfrutar de una hermosa vista sobre la ría.
