Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Matías Vallés.

Al Azar

Matías Vallés

Navalni no se vacuna antes

Navalni reuniría todas las características del enemigo imbatible, si la biopolítica contemporánea no reservara ese papel a los virus. Contemplar el vídeo donde el disidente enumera las propiedades palaciegas de Medvedev, revela a un estadista de talla mundial que ha adaptado la obstinación de Solzhenytsin al imperio de la imagen, pero no encaja con la ejemplaridad mística de un Sajarov. Putin asesina últimamente con pólvora mojada, y ha incumplido a Maquiavelo cuando recomienda no dejar malherido al adversario peligroso. Sin embargo, reemplazar al actual zar por el rebelde curado en Berlín equivale a sustituir a un zorro por un tigre, recordad a Aung San Suu Kyi.

En Navalni asombra el coraje en bruto, el pugilato sin la mínima estrategia defensiva al estilo de Cassius Clay. Tras su envenenamiento casi mortal con novichok, el disidente no se vacuna antes, a diferencia del pelotón de cobardes españoles con generalato incluido y patriotismo indiscutible. En una estampa próxima, comparen al convaleciente regresando a Moscú donde sabe que será arrestado de inmediato, frente a los congresistas estadounidenses que huyen por los sótanos del Capitolio como esos mamíferos tan característicos. O los diputados a Cortes cumpliendo puntualmente con las órdenes de Tejero por los suelos.

Navalni ostenta un comprometedor historial prosoviético, tampoco eran santos Jodorkovski, Pussy Riot o Kasparov. El disidente ni siquiera dispone de los votos, con un país entregado a Putin tras prometer el regreso de los esplendores soviéticos. Europa se agita contrariada, fingiendo un escándalo mayúsculo para disimular una reacción tibia. Lord Snowden le sirve al Kremlin de contrapeso, un testigo de cargo de que Occidente ya ni siquiera puede presumir de respeto a los derechos humanos. Y Moscú no precisa ni argumentar que, tras el asalto al Capitolio, quién necesita hoy una democracia convencional.

Compartir el artículo

stats