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Un gobierno sin alma atlántica

Decía Aristóteles que el ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Pues bien, en política la ignorancia no puede tener cabida y menos cuando se realizan afirmaciones que afectan a la economía de Galicia y, por ende, de España.

Este fin de semana, el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, aseguraba, en este mismo medio de comunicación, que “para impulsar el Corredor Atlántico ferroviario de mercancias es necesario que exista también una clase empresarial en Galicia que se involucre en él, respaldándolo y apoyándolo como lo han hecho empresarios en el Corredor Mediterráneo”.

Hay que ser muy osado para atreverse a realizar esa afirmación, sabiendo que su propio gobierno, el de Madrid de Pedro Sánchez, no apuesta por el Corredor Atlántico tan necesario para nuestro desarrollo y modernización, ni siquiera ha aceptado el encuentro que le han propuesto desde el bloque empresarial constituido en el noroeste. Y hay que tener mala fe también porque, aunque la ignorancia es muy atrevida, no se puede culpar ni a la sociedad gallega, ni a sus empresarios, de no ejercer suficiente presión para que Galicia cuente con el Corredor Atlántico de mercancias, cuando son los primeros interesados en que se realice, lo han pedido públicamente en multitud de ocasiones y han valorado negativamente los Presupuestos Generales del Estado, precisamente, por la falta de inversión que conducirá al retraso en esta infraestructura.

Lo que viene a demostrar esta ignorancia hacia Galicia por parte del PSOE de Pedro Sánchez y sus enviados, es que en los Presupuestos Generales han querido premiar a sus socios territoriales y dejar de lado a aquellas comunidades que políticamente no le son rentables y, con ello, apartar proyectos que beneficiarían no sólo a las autonomías sino al conjunto de España. En política las decisiones que afectan a la economía en general, y más en un contexto de pandemia como el actual, no pueden tomarse por motivos, única y exclusivamente, políticos. Deben tomarse siempre pensando en el bien común y en un futuro de crecimiento.

Y lo que no es de recibo es que el secretario xeral del PsdeG, sobrino de Abel Caballero, que es alcalde de Vigo y presidente de la Femp, se posicione al lado de Pedro Sánchez dando la espalda a la modernización, la mejora de la competitividad, y el crecimiento económico de los gallegos, algo a lo que también nos tiene acostumbrados su tío, que estaba de acuerdo con que la ministra de Hacienda se llevase los ahorros de los vigueses, de los gallegos y de los españoles. A Gonzalo Caballero también hay que recordarle que los empresarios no han estado callados, al contrario, han alzado la voz y se han posicionado a favor del Corredor Atlántico.

Igual tampoco se acuerda de que se constituyó un eje noroeste formado por empresarios de Asturias, Castilla-León y Galicia, de que los presidentes de esas comunidades, y con disparidad ideológica, se aliaron en un frente común, o de que el presidente del Puerto de Vigo, Enrique López Veiga, no dejaba de reclamarlo, mientras la familia Caballero callaba. Y estaban en silencio tío y sobrino, Abel y Gonzalo.

En política la ignorancia no tiene cabida y la osadía se paga cara. Gonzalo Caballero no puede culpar a los empresarios para tapar las mentiras de su gobierno en Madrid y su tío, Abel Caballero, no puede callar ante estas bochornosas afirmaciones que no hacen sino, alejar más al PSOE de los intereses de los gallegos.

*Portavoz del PP de Vigo

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