Esta semana, el Instituto Nacional de Estadística hizo pública la estimación del crecimiento de la actividad económica (PIB) en el tercer trimestre del año. La cifra es muy positiva y muestra que la actividad fue “solo” un -8,7% inferior a la registrada en el mismo trimestre de 2019, cuando en el anterior la caída era de -17,8%. Un auténtico efecto rebote que apuntaría la recuperación en forma de V que muchos soñábamos hace unos meses. Sin embargo, no va a ser así. Desafortunadamente, los rebrotes del virus se han convertido en una segunda ola que nos golpea a España y a los países de nuestro entorno con fiereza. Por eso, cabe aguardar que en el cuarto trimestre vuelva a empeorar la situación. Pero está en nuestras manos cambiar la situación. La máxima responsabilidad individual en el cumplimiento de las normas, la autolimitación en las actividades que desarrollamos en nuestro tiempo de ocio tendrían un efecto rápido y directo en la intensidad de la pandemia, moderarían la presión sobre el sistema hospitalario, nos permitirían empezar a tener un comportamiento mejor que los países de nuestro entorno y nos darán confianza en el futuro. Un segundo confinamiento como el de la primavera sería mortal para la economía. Hay que evitarlo a toda costa.
El diagnóstico en Galicia es similar, pero algo mejor. También esta semana el Foro Económico de Galicia hizo pública su estimación sobre la actividad económica en agosto. La cifra es mejor que la de julio y, de forma combinada, apuntan a que podríamos acabar el trimestre con una tasa interanual del PIB entre -4,5% y -5%. La mejor política económica en estos momentos es frenar la pandemia.
*Director de GEN (UVigo) y del Foro Económico de Galicia
