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Pedro de Silva

Trabajar en casa no mola lo que se pensaba

Hay gente encantada con el trabajo en casa, pero otra mucha huye al presencial en cuanto puede, poniendo en crisis la expansión del modelo-tele. Psicólogos laborales especulan con el sentimiento de pertenencia a la empresa, y cosas así, pensamientos tan hermosos como poco realistas. Pensemos más bien que cuando no hay ojos vigilando, y salvo en caso de autopatronos con hábito ya de disciplinarse, al trabajo que se haga se añade el de obligarse uno mismo a hacerlo, y el currante no suele querer ser a la vez su capataz. Bastante tiene uno con ser explotado para hacer encima de explotador delegado, y gratis. Luego está otro tema, el de las ganas secuenciales de escapar de casa, pues por grata que sea la convivencia familiar (no digo ya si no lo es), como ha escrito el gran Fonollosa hasta la botella se cansa de su vino, por lo que haciendo la vida en botella el vino se agria.

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