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Hacia la Antitransición

Estaban muy cansados de matarse, abominaban de la larga dictadura y llegaron al acuerdo de que no podían alargar más aquel horizonte insostenible de vivir espalda contra espalda. Y se volvieron para mirarse y se advirtieron la vista cansada y corta, y que brillaba en ellos un punto de luz para la esperanza. Cedieron en sus dogmas, se pusieron manos a la obra, y alumbraron los cuarenta años más prósperos, después de varios siglos de cainismo y desavenencias. Y Suárez, que venía desde dentro, y Carrillo, que venía de un largo exilio, se abrazaron y la mayoría en España los imitaron, porque, salvo algunos nostálgicos, nadie quería volver atrás porque lo racional, lo sentado, lo que imponía el sentido común era mirar todos hacia adelante, cada cual con su pasado, zanjado por una ley aceptada con entusiasmo por la mayoría. Y, salvo el breve escollo de aquel irracional asalto al Congreso, este país ya no tuvo más sobresaltos que los de la buena o mala gobernación, y los sobrevenidos por causas muy diversas. Y la nave avanzaba y el oleaje no volvió a inquietar gravemente a los españoles. Hasta que?

Los jóvenes herederos de los padres de aquel gran sacrificio personal y colectivo, irrumpieron en el proscenio con un trasnochado "caballerismo" asociado a un leninismo de zanjas fúnebres y lubiankas siniestras, y llegaron como un elefante a la cacharrería nacional, ya muy maltrecha, Zapatero y Rajoy mediante, y comenzaron a desandar el camino con la intención de apoderarse del BOE y del Presupuesto, desacreditar con insultos al Jefe del Estado-Rey, debilitar al poder judicial para ponerlo a su servicio y dejar el Poder Legislativo en manos de quienes odian a España y cuanto representa, para situarse cerca de Maduro, que para ellos, ¡Santo Dios!, es el faro que ilumina sus afanes, sus mentiras, sus trampas y sus cloacas para hacerse con todo y con todos. Y todo con Iglesias como ideólogo del complot y Sánchez y el PSOE, algún PSOE, como torpes herramientas de compañía. Y hay muchos españoles, ante esto, que se preguntan por qué calla el otro PSOE. Y no encuentran respuesta.

Y como si una vieja y nefasta fatiga por el buen tiempo pasado, democracia y libertad, y una perversa nostalgia peligrosa se hubiera apoderado de muchos españoles, España, con su mayoría silenciosa en indolente silencio, ha empezado el camino de retorno a una dictadura de diferente diseño, en manos de quienes buscan apoderarse de los tres poderes y someternos a una dictadura inversa a la ya padecida, desconocida en nuestro entorno europeo y en el mundo occidental. Es decir: pobreza sin libertad, con tortura y amenaza personal permanente. ¿Alguien quiere llegar a eso?

Lo que haya de pasar es cosa de todos nosotros. Y mientras, los españoles han de soportar insultos al Rey, amenazas a la libertad, intentos de asalto al poder judicial, ruina económica, descontrol sanitario frente a la pandemia, ahí están los resultados; sutiles o abiertas amenazas a los periodistas libres y todas cuantas mentiras que puedan caber en los estudios de la televisión estatal y adscritas. Todo esto exige una larga reflexión para ver si es lo que queremos y lo que nos conviene. Pero este es un país difícil y puede salir por cualquier registro. Debemos esperar que salga por el bueno, que es el otro, el de la Libertad y la Democracia. Que en medio de la Europa del siglo XXI, reclamemos esto, es que estamos muy enfermos o vamos camino, ¡qué vergüenza!, de convertirnos en un Estado fallido.

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