De la noche a la mañana, Pontevedra acaba de convertirse en nueva sede del Campus Noroeste de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), uno de los cinco núcleos básicos que conforman su renovada estructura. A partir de ahora, el centro ubicado en Monteporreiro va a coordinar y supervisar las actividades de cuatro comunidades autónomas ( Asturias, Castilla-León, Extremadura y Galicia) que agrupan, a su vez, catorce centros asociados con unos 40.000 alumnos, aproximadamente. Esta circunstancia convierte a dicha plataforma educativa virtual en la mayor de España por su ámbito territorial, que no es poca cosa.
La buena nueva, todavía sin digerir bien por su carácter totalmente sorpresivo, que incluye también un cambio en la dirección, seguramente refrescará la memoria de quienes ya peinan canas y vivieron de cerca el nacimiento de la UNED en Pontevedra en 1973, tanto en el ámbito educativo, como en el político y social.
Aquel centro de Pontevedra que fue pionero y surgió casi al tiempo que la UNED misma, también extendió su radio de acción no solo a Galicia sino que englobó al alumnado de León y Oviedo. Y pese a su puesta en marcha en precario, pronto se consideró modélico en su género, tras ejercer como catalizador de una aspiración común a un sinfín de funcionarios, trabajadores y empleados deseosos de obtener una titulación universitaria. Sus ciclos de conferencias en los primeros años, por ejemplo, resultaron magníficos, con participantes del máximo nivel que dejaron una gran impronta académica.
El nuevo director, Víctor González Sánchez, es un hombre de la casa matriz, con una dilatada experiencia en el seno de la UNED y, por tanto, capaz de llevar a buen puerto ese gran reto de optimizar los recursos existentes. En definitiva, dar al alumnado más y mejores servicios. Esa constituye su principal tarea inmediata.
El Meollo de la cuestión está en discernir si estamos ante una mera reforma funcional o administrativa de la UNED sin ninguna otra trascendencia, o si esa reorganización acometida va más lejos y forma parte de una renovación en profundidad de su propia esencia fundacional, a partir de la experiencia acumulada en su casi medio siglo de actividad académica.
