Dos son las alternativas que han puesto sobre la mesa quienes consideran que urge un cambio radical de rumbo en el Concello de Ourense: moción de censura o dimisión del alcalde Jácome. La primera ofrece todas las garantías democráticas, la segunda no tanto. Y es que la renuncia de Jácome abriría la peligrosa vía al fraude democrático que supone una eventual reformulación del pacto PP-DO sin el propio Jácome , sugerida indirecta y tímidamente durante las últimas semanas. Seamos claros.

Jácome es y ha sido el alma de Democracia Ourensana durante sus casi veinte años de existencia. Se mire como se mire, él es y ha sido siempre "el todo" en el partido. ¿Hay alguien que honestamente conciba DO sin Jácome? ¿Realmente hay alguien capaz de poner en duda que una aplastante mayoría de los 12.000 electores de DO en las municipales de 2019 votó pensando en la figura de Jácome? ¿Es de algún modo realista considerar que existe alguna manera decente de obviar esto? La democracia es el mecanismo de participación que, al atribuir la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía, conjuga voluntades populares canalizadas a través de unas urnas permitiendo así progresar hacia el ideal de una forma de convivencia en la que todos los miembros de una comunidad son libres e iguales. Una moción de censura que reemplace a Jácome tiene la misma legitimidad democrática que la que reemplazó en su momento a Rajoy, es decir, toda. Pero mientras esto no se materialice y ante la posibilidad de que no llegue a ocurrir durante lo que resta de mandato, lo lógico y saludable es aceptar la realidad democrática que coloca al gobierno del Concello de Ourense en manos de Gonzalo Jácome, Armando Ojea y Telmo Ucha.

Y es mi modesta pero firme opinión que la estoica resistencia efectiva que han exhibido estas tres personas durante las últimas semanas ante la sombra del fraude democrático los acredita moralmente como merecedores de la oportunidad de demostrarnos a todos que es posible satisfacer debidamente los intereses generales de los habitantes de esta maravillosa ciudad con un gobierno municipal constituido por tres miembros. Piensen, sin ir más lejos, que si nos dicen hace diez años que Democracia Ourensana sería tan influyente como lo está siendo ahora no nos lo habríamos creído.

* Claudio Cerdeiriña es doctor en Física, docente e investigador del campus de Ourense.