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Un enfrentamiento que no beneficia a nadie

Vigo es una ciudad que posee un marco ideal para abordar un proyecto empresarial o personal, aprovechando las excepcionales condiciones que ofrece para desarrollar uno u otro; para visitarla, recorriendo sus rincones más atractivos o degustando sus productos más típicos; para vivirla, en suma, dejando que el tiempo transcurra lentamente entre la placidez de su entorno y la hospitalidad de sus habitantes. A veces, sin embargo, la unidad que es necesaria para enfrentarse con esperanza y garantía a los retos que impone su crecimiento se quiebra, y entonces surge una imagen bien distinta, de enfrentamiento y división, sobre todo entre la clase empresarial y política, que pone en peligro esa unidad, daña la economía y perturba el clima social.

Uno de esos enfrentamientos sigue teniendo lugar entre la patronal viguesa del metal y la autoridad portuaria, al defender aquella, en el ámbito del proceso judicial de liquidación de Factorías Vulcano, la venta de la unidad productiva junto con su correspondiente concesión administrativa, e inclinarse ésta por recuperar los terrenos para poder facilitar de esta manera la imprescindible expansión del puerto. A juicio de la patronal, no se puede permitir que se bloqueen las opciones de inversión en la construcción naval, ya que ello reduciría la capacidad naval y marítima de Galicia, pero esta afirmación, que no deja de tener parte de razón, pasa por alto un hecho indudable, y es que el puerto es parte también -una parte importante- de esa capacidad naval y marítima.

El puerto, en efecto, se encuentra en una encrucijada vital para su futuro, una encrucijada que pasa por contar con el espacio preciso para poder ser competitivo frente a otros puertos, y de cuya solución -siempre que sea positiva, claro- depende que ese futuro se despeje para siempre, y con ello se apuntale también la economía viguesa. Al parecer el Juzgado de lo Mercantil nº 3 ha dado a la empresa Marina Meridional un plazo que finalizaba el 22 de septiembre -y ahora aplazado sin fecha- para formalizar notarialmente la compra, con la advertencia que, de no hacerlo, se entenderá que desiste de la oferta que presentó a la administración concursal. Sea cual sea el resultado final, lo que está claro es que este enfrentamiento -sin soluciones compartidas a la vista- no beneficia a nadie, sobre todo a la ciudad.

*Secretario General de Logidigal

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