La libertad es como el aire, la necesitamos para respirar y nos damos cuenta de lo que significa cuando nos privan de ella: notamos que nos asfixiamos, que sobreviene una dificultad para respirar. Pues bien, miedo y libertad no son buenos compañeros de viaje, porque, como afirmó Aristóteles, "el que ha superado sus miedos será verdaderamente libre".

Viene esto a cuenta porque el pasado día 2 de este mes comenzó en París el juicio contra 14 supuestos cómplices de los atentados terroristas perpetrados los radicales yihadistas contra el semanario satírico francés "Charlie Hebdo" y un supermercado judío. Se acusa a los procesados por haber brindado apoyo logístico a los dos autores materiales de los atentados que causaron 17 muertes, los dos hermanos Saïd y Chérif Kouachi, que fueron abatidos por la policía tras el atentado.

La portada de "Charlie Hebdo" del día del inicio del juicio fue la misma caricatura del Profeta Mahoma que originó el ataque terrorista a la redacción del semanario. Laurent Sourisseau, que sobrevivió al ataque aunque le dejó graves heridas, escribió "Nunca nos doblegaremos. Nunca renunciaremos".

La decisión de la Revista de volver a publicar la caricatura me parece un acto de auténtica valentía, al tiempo que envía un mensaje a los terroristas de que hay quienes por defender la libertad arriesgan la vida. Y esto en nuestros días es muy poco habitual.

Somos, por lo general, una sociedad quejicosa, es decir, que se queja demasiado y la mayoría de las veces sin causa. Tanto nos lamentamos que parecería que vivimos en la peor de las sociedades posibles y, sin embargo, tememos tanto perder la vida, que nos amedrentan con suma facilidad. Lo cual puede ser una consecuencia del excesivo apego a la vida que tiene la sociedad occidental de hoy.

En efecto, en una entrevista realizada por Elena Ocampo al psicólogo Walter Riso, publicada en FARO, el 21 de abril de 2013, a la pregunta de qué es el "apego", Riso respondió: "es un vínculo que estableces con una persona o con alguna idea u objeto, pensando que ese vínculo te va a realizar como ser humano, te va a hacer feliz o le va a dar sentido en tu vida. Además, siempre está detrás la idea de que ese vínculo va a ser permanente. Por tanto y visto así, el apego puede darse a cualquier cosa en tu vida que consideres imprescindible en un momento dado y a lo que no sepas renunciar". Siguiendo esta idea de Riso pienso que el vínculo que caracteriza el apego puede recaer incluso sobre la vida misma.

Pues bien, no creo equivocarme demasiado si digo que existe el apego por nuestra propia existencia y si añado que justamente por eso serían muchos los que ante una amenaza como la de los terroristas yihadistas a "Charlie Hebdo" habrían echado tierra sobre el asunto. Por contraste con esta postura, los redactores de esa revista satírica con su decisión de volver a publicar la caricatura de Mahoma han de demostrado más apego -y esto es lo que hay que aplaudir- por la libertad de expresión que por su propia vida. Porque, como afirmó el citado Sourisseau, los redactores de "Charlie Hebdo" nunca se doblegarán, nunca renunciarán a defender la libertad de expresión.

Algunos de ustedes pensaran que se trata de un hecho que no nos concierne porque afecta a Francia. Yo creo que si nos importa. cualquier ataque contra la libertad nos concierne a todos porque la libertad, al ser como el aire, no tiene fronteras territoriales.

El espíritu humano sin libertad deja de absorber el principal alimento del alma, la cual sin ella va debilitándose hasta que acaba sucumbiendo. Por eso, los que amamos la libertad vivimos unos momentos importantes y el juicio de París un escaparate para mostrar a todos los que atenten contra ella que su acción no quedará impune.

Nosotros, como pueblo, también sufrimos la violencia irracional de los terroristas etarras que quisieron imponernos la segregación de una parte de España, recurriendo a asesinatos indiscriminados. En los difíciles momentos de la transición política de la autocracia a la democracia plena de la que gozamos hoy la banda terrorista ETA golpeó si piedad allí donde se lo permitía su habitual cobardía. Y, por desgracia, en nuestro caso han quedado impunes cerca de trescientos atentados.

Pero lo reconfortante es poder afirmar que, a pesar de ello, no nos arrebataron la libertad. Se cansaron los asesinos de atentar contra el pueblo español y nuestra libertad antes que nosotros de defenderla. Ese es el mensaje que está enviando hoy la redacción de "Charlie Hebdo" a los terroristas yihadistas y por les deseo el mismo éxito que tuvo el pueblo español contra el terrorismo de ETA.