Un guardia civil literario

Hoy me voy de vacaciones una semana sabe Dios adónde, tiempo en que descansaréis de las asechanzas de esta sección. Eso sí, a mi vuelta voy a llamar al amigo Ramón Otero para enterarme de cómo va el proceso de publicación de su segunda novela, Coma. Ramón es vigués aunque su trabajo en la Guardia Civil le ha llevado por España adelante sobre moto. Hace unos meses fue destinado a Cangas, que para él habrá sido como volver a casa aunque le haya tocado todo el mogollón del confinamiento. Pero la singularidad de Otero es su pulso creativo, que le llevó a Relatos para soñar y demostrar su talla literaria. Ahora tiene pendiente la publicación de su segunda obra, Coma, una novela completamente ambientada en Vigo entre los años 1986 y 2002. Nuestro escritor benemérito trató de convertir a la ciudad en un personaje mas que evoluciona a la par que la protagonista, pasando de ser el Vigo de los yonkis de los 80 al Vigo humanizado de hoy en día. ¿Y por qué ese título, Coma? Pues porque es una novela negra en la que una niña tras sufrir un accidente en el que fallece su familia, regresa de un coma y descubre poco a pocoun nuevo "poder" que ha despertado en su mente. La novela es dura, con crítica social y política y los hechos son ficción intercalados con ciertos sucesos reales de aquella etapa. Veremos la aceptación del público cuando sea publicada.

Nuria Lorenzo, de verbena

Ayer hablamos en esta sección de las bandas y las corales viguesas, y citamos a Nuria Lorenzo, directora de los vigueses Gli Apassionatti. Un colega suyo, Joaquín Carbajal, director del Coro Clásico de Vigo, pasó todo el confinamiento en Amorín, concello de Tomiño, donde tiene una casa de campo y supongo que aún seguirá. Pero Nuria tiene unas decenas de años menos que Carbajal y tiene que currar como mezzosoprano que es. Sé que el lunes comenzó los ensayos de La Verbena de la Paloma en A Coruña y allí estará ella en el papel de Doña Antonia junto a un gran elenco de cantantes nacionales. Las funciones serán el 4 y 5 de septiembre en el teatro Colón. Estoy oyendo esta zarzuela mientras escribo en su honor. Me gusta más que el reggaetton.

Y mi admirada Queizán

Llamo a mi querida María Xosé Queizán para ver qué es de su vida: "Moi ben, ocupada en cismar no maldito virus". Aún está caliente su último libro, la autobiografía Vivir a galope y ya debe estar tramando algo. Le pregunté por sus planes y se excusó.:"Xa empecei a traballar antes do virus en algo. Dareiche noticias pronto". Esperaremos.

Gloria a Lula en las alturas.

Ahí la tenéis, entre sus bártulos cotidianos, tras bajar como una diosa de las alturas. Miramos a los cielos y, mira por dónde, sorprendimos a la muralista Lula Goce, de Baiona a mucha honra, pintando sobre una grúa en La Florida. Uno es un fan de Lula, le producen mucho goce sus murales como ese de Tomás Alonso, y ahora pinta otro con dos chicas susurrándose sabe Dios qué en un ambiente marino. Lula es mujer encantadora que no para y tiene pendiente volver a Nueva Yor y a Miami para dar caña a las paredes aunque el próximo reto esté en Bruselas. ¡Salud, Lula!