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José Manuel Ponte

Inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

El juego de ajedrez diplomático

Vuelve el Gobierno británico a portarse con el de España como solía hacerlo la 'perfida Albion',(expresión favorita de la prensa franquista para referirse a las hostiles maniobras diplomáticas que se urdían en el número 10 de Downing Street, sobre todo cuando se daba algún contencioso sobre el estatus colonial de Gibraltar entre los dos países). Bajo la mesa, Londres y Madrid se entendían en lo fundamental, pese a ser el primero la capital de una de las democracias mas antiguas y el segundo la de una dictadura militar con ribettes y coreografía fascistoides.

No obstante, de forma intermitente, la disputa sobre el Peñón entretenía a la opinión pública y se daba el caso curioso de que se convocasen unas manifestaciones callejeras en un régimen que las tenía rigurosamente prohibidas. El que esto escribe,cuando escolar, fue convocado a más de una y asistió gustosamente junto con el resto de compañeros porque, entre otras cosas, era un pretexto para salir de clase.

El juego de ajedrez diplomático sobre Gibraltar (y también sobre otros contenciosos) superó el esquema patriotero de la dictadura, pero continúa con otros modos y maneras, ya en la democracia. Ahora mismo, por ejemplo, coinciden en el tiempo el retraso en las conversaciones sobre los efectos que traerá consigo la salida efectiva del Brexit en la economía gibraltareña y la sorpresiva imposición por el gobierno conservador de Boris Johnson de 14 días de cuarentena a todos los viajeros procedentes de España. Está por ver si un asunto y el otro están relacionados o forman parte de una maniobra de presión para sacar ventaja en los dos casos.

De momento, el más preocupante, parece ser el de la cuarentena con la advertencia añadida de la imposición de fuertes multas a quienes la incumplan. La medida ha sorprendido no poco porque todavía no han trascurrido 15 días desde que Londres acordara incluir a España en su lista de países con los que se podía establecer pasillos aéreos para asegurar el gran negocio de los millonarios intercambios turisticos. El radical cambio de actitud parece estar justificado por el rebrote en España de contagios por el coronavirus que suma al alza nuevos casos.

Según explicó el ministerio de Transportes británico ,"nuestra prioridad absoluta es la protección de la salud pública, y hemos tomado esta decisión para limitar la potencial trasmisión al Reino Unido. Siempre hemos dejado claro que incorporaríamos a cualquier país en la lista de restricciones si resultaba necesario".El ejecutivo de Pedro Sánchez confiaba no ser incluido en esa lista (el número de contagios y muertes por coronavirus en el Reino Unidos sigue siendo muy superior al de España ) y ahora debe afrontar una negociación contrarreloj para salvar al menos Baleares y Canarias que por ser islas dan más garantías de control de la pandemia. Aparte de ser también el destino turístico favorito de ingleses y alemanes y los más concurridos. Baleares, por ejemplo,recibió el año pasado 13,68 millones de turistas internacionales y Canarias 13,1. Habrá quien vea un comportamiento cínico en el cambio de opinión de Johnson que, como todo el mundo recordará, en un principio tomó a broma el virus y hasta propuso dejarse contagiar por el para adquirir inmunidad. Luego, el mismo lo contrajo y hubo de ser hospitalizado.

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