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Juan Tapia.

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Juan Tapia

Tras el oxígeno europeo, ¿qué?

Ha sido una semana de contrastes. Por una parte, el gran acuerdo europeo para un plan de recuperación de 750.000 millones que tendrá un notable efecto estabilizador sobre las economías. Y más en los países del sur. Por otra, los brotes de coronavirus, con situaciones hospitalarias más leves que en marzo, pero que indican que la pandemia sigue ahí. Además, las medicinas europeas no curan de inmediato las dolencias internas. Menos en España, donde la crispación y el conflicto catalán son ya enfermedades crónicas.

La clave es el acuerdo europeo. Por primera vez, gracias a la urgencia interesada de los países del sur y al liderazgo del gobierno de gran coalición de Merkel, la UE se va a endeudar a largo para afrontar la crisis y transferir recursos a los países mas afectados. Es un cambio radical y un primer paso -aún limitado- hacia una mayor unión fiscal.

Aquello de que la UE era un mercado único y tenía una moneda común (en 19 de los 27 países), pero estaban prohibidas las transferencias de los países más ricos, y cuidadosos de sus finanzas, a los más pobres y con déficit crónico, se ha acabado estrellando ante la realidad. Merkel, apoyada por el SPD y el empresariado alemán, ha convencido -incluso a los más reticentes- que no habría prosperidad europea (y alemana) si los países de sur se hundían. Y el desastre económico, que aupó a Hitler en 1933, es terreno abonado para el peor populismo.

España va a recibir 142.000 millones -72.000 gratis total y algo menos en créditos a muy bajos intereses- que nos permitirán aguantar un déficit (agujero) que rondará este año el 10% del PIB y que seguirá alto el próximo. Esta ayuda directa representa un 11% del PIB español. Pero la indirecta -mejor rating por la consolidación del euro- no será menor. Antes del acuerdo -y gracias a que el BCE ya compraba deuda española (tiene nada menos que 400.000 millones)- el bono español a 10 años (coste de financiarnos a largo) estaba en el 1%, muy inferior al de la crisis del 2012. Ahora está en el 0,35%. Y similar rebaja ha tenido Italia que ahora paga el 1%.

El acuerdo europeo es pues para España oxígeno de la mejor calidad. También para el Gobierno -Pedro Sánchez lo ha currado- que afronta la crisis con más aspirinas y más reconstituyentes a largo. Y, sólo los estúpidos pueden pensar diferente, este oxígeno comporta que la política económica española no pueda ser un corte de manga a la de los países europeos, donde contra lo que dice Podemos la influencia socialdemócrata -gran coalición alemana y gobiernos "frugales" (bien administrados) de Suecia, Dinamarca y Finlandia- es bastante relevante.

Todo esto exige dos cosas fundamentales. Una, tener presupuestos. No podemos recibir dinero si no tenemos presupuestos (malvivimos aún con los de Cristóbal Montoro del 2018). Dos, que los presupuestos no sean tributarios de dogmas de la vieja izquierda, sino que teniendo mucho gasto social no desanimen a los empresarios -de aquí o de fuera- e inciten la inversión privada. Sin inversión -pública y privada- no saldremos de la crisis y el paro se disparará.

Pedro Sánchez parece irlo entendiendo. Por eso quiere el voto a los presupuestos, o la abstención (como en la investidura), de ERC si la campaña electoral catalana lo permite. Y el de Cs que cree valioso porque tiene 10 diputados clave y por su influencia (Luis Garicano) en los liberales europeos.

Quizás lo ideal este año de grave crisis sería un presupuesto del mayor consenso. Pero el PP es muy reticente (Casado afirma que el plan de recuperación es igual al rescate bancario de Rajoy) y Podemos veta al PP. Así están las cosas. Pero no habrá presupuestos razonables sin Cs. Las bisagras -lo sabía Jordi Pujol- tienen mas fuerza que su peso estricto.

Y si no hay presupuestos, el Gobierno perderá rápido lo ganado. El PSOE lo sabe. Pablo Iglesias dice que no y aduce que Cs tiene pactos con Vox en algunas comunidades. Es una visión nacionalista porque Cs, pese a las grandes pifias de Albert Rivera, es el socio español de muchos partidos que gobiernan en la UE. Si Iglesias habla en serio -a veces lo hace sólo para satisfacer a los suyos- no habrá presupuestos.

Entonces? España tendrá que seguir viviendo... y se abrirá otro horizonte. El oxígeno europeo ha topado con los nuevos brotes de coronavirus y con la Comisión de Reestructuración del Congreso que ha tenido mediocres resultados. Sánchez debería insistir en el consenso. Los dos Pablos (Casado e Iglesias) retirar sus vetos. El verano es tiempo de reflexión. ¿También de rectificación?

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