Conocidas son las palabras escritas por Thomas Jefferson, la pluma más brillante de los Padres Fundadores, para reflejar los valores de una nueva nación, los Estados Unidos de América, que declaraba su independencia. "Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad". El texto, aprobado por el Congreso el cuatro de julio de 1776, se publicó en los periódicos de las trece colonias, dándose a conocer por el territorio norteamericano hasta llegar a Europa, mientras los soldados del ejército Continental lo leían en alto para motivar a las tropas que ya habían comenzado a luchar contra el Imperio Británico.

No tan conocidas son, sin embargo, las palabras eliminadas del primer borrador que Jefferson compartió con los otros miembros del llamado "Comité de los cinco" (John Adams, Benjamin Franklin, Roger Sherman y Robert Livingston). Dicho pasaje no solo contenía unas acusaciones graves dirigidas al monarca británico, en las cuales se denunciaban los supuestos abusos cometidos por este contra los colonos americanos, sino también un párrafo que trascendía los intereses personales de los firmantes, ya que en él se señalaban otro tipo de injusticias cometidas por el imperio contra otras poblaciones extranjeras extraídas por la fuerza de sus lugares de origen: "[Jorge III] ha librado una guerra cruel contra la misma naturaleza humana, violando los más sagrados derechos de vida y libertad de un pueblo lejano que nunca lo ofendió, conduciéndoles a la esclavitud en otro hemisferio, o provocándoles una muerte miserable en el viaje".

La cláusula fue suprimida, según el propio Jefferson, para complacer a los representantes de Carolina del Sur y Georgia, quienes se negaban a restringir la importación de esclavos. Jefferson, además, ya había calificado la esclavitud como un "crimen abominable" y una "depravación moral". Pero el autor de la Declaración de independencia, que llegó a tener alrededor de 600 esclavos bajo su propiedad, liberando a dos de ellos en vida y otros cinco tras su muerte, también sugirió en Notas sobre el Estado de Virginia que los negros son inferiores a los blancos, en el mismo libro donde se argumenta que la esclavitud en un sistema corrupto que contradice los principios de la revolución. Gracias a las investigaciones realizadas por la historiadora Annette Gordon-Reed, confirmadas científicamente en una prueba de ADN publicada en 1998, sabemos que Thomas Jefferson mantuvo relaciones sexuales con una esclava llamada Sally Hemings, quien dio a luz al menos seis de sus hijos (dos de los cinco esclavos que fueron liberados eran descendientes suyos).

Cuando se trata de abordar la igualdad racial en el país, el legado de Thomas Jefferson resulta uno de los más complejos, dolorosos e interesantes. ¿Cómo es posible que la persona que escribió "todos los hombres son creados iguales" y que criticó moralmente la esclavitud, incluso pretendiendo dejarlo por escrito en uno de los documentos fundacionales del país, no hizo ningún esfuerzo personal para dejar de perpetuar ese sistema corrupto, incluso manteniendo (y ocultando) una relación íntima con una afroamericana a la cual nunca le concedió oficialmente la libertad?

Las contradicciones de Jefferson reflejan las contradicciones del país que ayer celebró su fiesta nacional, visibles en la hermosa colina de Monticello, una plantación donde, con sus esclavos, vivió el tercer presidente de los Estados Unidos y fundador de la Universidad de Virginia, que se formó en los valores de la Ilustración. Allí coexisten los textos más elocuentes en defensa de la igualdad y los hechos atroces que padecieron las personas subyugadas. Además de la independencia, el cuatro de julio se celebran también las palabras que la inspiraron, pues su significado real, como se indicaba en el primer borrador redactado por Jefferson, era (y debe ser) mucho más amplio.