En economía, la confianza es fundamental. Las decisiones de consumo, ahorro e inversión dependen de forma fundamental de ella. De hecho, es la confianza o la falta de ella, las expectativas sobre el futuro lo que puede explicar la prolongación de la fase alcista del ciclo o la dificultad de salir de una recesión. La pandemia del COVID-19 la ha puesto a prueba como pocas veces. Y los escasos datos disponibles y la evidencia casual muestran que el conjunto de la población ha dado un paso adelante. El confinamiento no ha podido con la ilusión por vivir y gastar. Y eso es bueno? siempre que no se transforme en un exceso de confianza.

Abrimos fronteras y aumenta la movilidad, pero el virus sigue fuerte. Sobre todo, en otros países. El riesgo de contagio y de rebote permanece. No podemos olvidarnos de ello. Obviamente, por lo que puede suponer para la salud pública y la vida de muchas personas hasta que contemos con tratamientos y vacunas efectivas. Mas también por la economía. Entiendo que existan presiones por acelerar el proceso. Pero hay que ser prudentes y conseguir que la población siga comprometida con las normas de higiene y distancia social, aunque eso suponga mantener cercenada la actividad en algunas ramas productivas. Lo peor que nos podría pasar es un rebrote fuerte que nos condujese a tener que repetir el confinamiento

En el gráfico adjunto se representan las tasas de crecimiento de la economía gallega estimadas por el Foro Económico de Galicia en tres escenarios. En el A todo va bien, retornamos a la normalidad rápidamente, no hay rebrotes significativos. Sufriríamos una caída del PIB del -8,5%.

En el C nos puede un exceso de confianza que se alía con un virus que se comporta mal y nos obliga a confinarnos de nuevo. La caída del PIB sería del -18,9%. Más del doble. En el escenario B no existe nuevo confinamiento, pero el sistema sigue atascado parcialmente en el segundo semestre.

Sin duda, tenemos que intentar situarnos en el escenario A, pero sin perder de vista que, si no hacemos lo que nos dicen los epidemiólogos, si empezamos a saltarnos las normas, podemos acabar en C. La posibilidad está ahí. No lo olvidemos.

*Director de GEN (Uvigo) y del Foro Económico de Galicia