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tRIBUNA LIBRE

Nuestra juventud

Viendo un programa de Televisión Española en la segunda cadena sobre el mundo animal, esos a quienes los humanos llamamos irracionales, encontramos que a veces nos dan lecciones de racionalidad.

Esta historia trata de la selva africana y de un ave parecida al pato europeo. De una camada de seis huevos tuvo seis hermosos polluelos a los que la madre pata con todo el instinto maternal crio, incluso arriesgando la vida por los depredadores de la selva. Ya mayorcitos los polluelos, pensó la madre pata era el momento de echarlos fuera de casa o nido. Todos muy obedientes cogieron las de Villa Diego; es decir, fueron a buscarse la vida. Pero uno de ellos, al que llamaremos Chico Listo, viendo la dureza de la vida, tener que buscarse la misma y escapar de los depredadores de la selva, decidió volver a casa o nido de su madre pata. Sin embargo ésta al ver sus intenciones a picotazos lo echó fuera. En el mismo programa de televisión salió recientemente un caso muy semejante. El protagonista fue entonces un koala en Australia. Las dos historias hacen referencia al modo de actuar las madres para que las especies proliferen en el mundo animal.

Volvamos atrás y hablemos del pato Chico Listo y el actual joven de nuestra sociedad. En ella vemos jóvenes de todo tipo, pues los hay que causan admiración. Son responsables, trabajadores y piensan en el futuro. Son los indispensables para que el país progrese. Pero también hay otro tipo de joven que al igual que el pato Chico Listo está equivocado.

Ellos no cumplen las reglas de la sociedad y según algunas noticias que aparecen en la prensa, incluso agreden a sus progenitores. La pregunta es a quién culpamos de la actitud de estos jóvenes. La respuesta para quien escribe este artículo está clara y no culpa a los jóvenes, sino a la educación que estos recibieron en sus hogares porque no tuvieron padres bien coordinados a la altura del problema.

Vamos a ver lo que dicen los investigadores, educadores y psicólogos sobre la forma de educar. Luis Gutiérrez Rojas (psiquiatra) dice: "nuestros hijos están tan protegidos que los hemos hecho bastante inútiles". Francisco Kovacs, científico e investigador, dice, "si hasta los siete años la educación es desastrosa, las secuelas serán permanentes". Fátima Alonso psicóloga dice: "muchos padres sobreprotegen a sus hijos y crean jóvenes más débiles". Fernando Serrais psiquiatra dice, "los jóvenes deben aprender a sufrir con buen humor". El psiquiatra Boris Cyrulnit dice, "los niños protegidos viven en una prisión y son incapaces de afrontar las cosas por sí mismos". Emilio Calatayud, número uno en el escalafón de jueces de menores, dice: "estamos criando unos niños muy "light" y la vida es muy dura". Irene Villa psicóloga dice, "flaco favor le hacemos a nuestros hijos si le solucionamos la papeleta". La lista es mucho más larga pues son muchos los técnicos con el mismo criterio. Coincidiendo con la frase, "padres sobreprotectores, hijos infelices".

Ante la opinión y consejos de estos especialistas en educación terminaremos dándole la razón a la actitud de la "irracional" Madre pata con su hijo el pato Chico Listo. Este problema debe ser muy global ya que el Gobierno del Reino Unido ha comenzado a tomar medidas. Porque una juventud física y mentalmente sana, es la felicidad de una familia y el buen futuro de un país.

*Atleta que ostenta diversos campeonatos del mundo en categoría de veteranos.

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