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Juan Tapia.

Nuestro mundo es el mundo

Juan Tapia

El 18 de junio del general De Gaulle

Francia celebra este año el 130 aniversario del nacimiento de Charles de Gaulle y los 50 años de su muerte. Y el próximo jueves es el 80 aniversario de su famoso manifiesto del 18 de junio de 1940 en el que, desde el exilio de Londres y a través de la BBC, se proclamó jefe de la Francia Libre desafiando a la Francia legal que con el mariscal Petain, héroe de la I Guerra Mundial al frente, acababa de firmar el armisticio rendición ante Hitler tras la apabullante derrota de las tropas francesas. Pocos días después la Asamblea Nacional francesa -la misma que cuatro años antes había elegido al socialista León Blum- votó los plenos poderes, incluidos los constitucionales, a Petain. Sólo 80 diputados, la mayoría de izquierda, votaron contra el régimen de Vichy.

Pero cuatro años después la historia dio la razón a De Gaulle que regresaba a París como presidente del Gobierno Provisional de la República Francesa. En 1946 abandonó el poder disconforme con los partidos de la IV República, pero el parlamento lo volvió a elegir en mayo del 58, doce años después. Nadie ha influido tanto en Francia como él. De Gaulle era un coronel del ejército francés que fue nombrado subsecretario de Defensa del gobierno de Paul Reynaud en 1940. Tras la dimisión de Reynaud se negó a aceptar el gobierno de Petain del 16 de junio que quería firmar el armisticio con Alemania.

Hasta entonces había sido un ilustrado militar que había trabajado con el mariscal Petain y conocido por su nacionalismo de tinte conservador. Eso sí, disconforme con buena parte de la derecha que flirteaba con aquello de "mejor Hitler que el Frente Popular de Blum". De Gaulle prefería la alianza con la Rusia soviética porque veía en Alemania (y más la de Hitler) el eterno enemigo. Era un nacionalista que no pensaba en términos de ideología sino de nación. Pero también un pragmático. Y ya había escrito de un almirante inglés que tenía muchas cualidades de jefe pero que carecía de la de desobedecer. Un militar especial.

Desobedeció en 1940 y acabó ganando por su convicción de encarnar la legitimidad contra Alemania, por su habilidad en pactar con los muy diversos grupos de la Resistencia y por el apoyo de Winston Churchill que le brindó la BBC para sus mensajes radiofónicos contra Vichy. Nada más llegar a Londres le dijo a uno de sus colaboradores: "Nous sommes la France".

Pero haber convertido un país humillado en 1940 en una potencia ganadora en 1945 es sólo la primera parte. En 1958 volvió al poder elegido por el parlamento y aupado en parte por los contrarios a la independencia de Argelia. Cuatro años después y tras una dura batalla con los partidarios de "l´Algerie francasise" y gran parte del ejército firmó la independencia de Argelia. Su pragmatismo le hizo concluir que el futuro de Francia exigía renunciar al pasado colonial. Sufrió varios atentados de la extrema derecha y no vaciló en recurrir a la guerra sucia contra la OAS. A leer "El Chacal" de Frederic Forsyth.

Luego instauró la V República, cuyo rasgo principal es el gran poder de un presidente elegido por sufragio universal (antes cada siete años, ahora cada cinco) que ha dado a Francia la estabilidad que no había tenido en las dos repúblicas anteriores. En 1969 se retira definitivamente tras perder un referéndum, tras la revolución de mayo del 68 y tras haber ganado con mayoría absoluta las elecciones legislativas de junio de aquel año.

En el 58-69 De Gaulle también tiene gran influencia en la política europea y mundial. Hace de Francia, la cuarta potencia nuclear: "la Grandeur". Firma, en 1963, el tratado de El Elíseo con Alemania que consagra el eje franco-alemán. Es su europeísmo, la "Europa de la patrias", de los estados. Nada de supranacionalidad o federación que limitaría a Francia. También veta, por dos veces, la entrada de Gran Bretaña en el entonces Mercado Común. Creía que los ingleses serían un caballo de Troya y el brexit le ha dado la razón.

Es una figura muy discutida. Pero Francia tiene la gran suerte de poder honrar a un militar nacionalista, contrario a Hitler y que luego instauró no sin polémicas -Mitterrand fue su gran enemigo- un régimen democrático y eficaz en el que han gobernado derechas e izquierdas.

¿Europa? Su nacionalismo de la Europa de los estados también ha ganado. Y su victoria parcial -ahí está el euro y el BCE- es menos positiva. Francia sin Europa ya no cuenta. Quizás Europa sin gobierno federal tampoco.

Aquí, el nacionalismo debe ser humilde. No tiene -ni de lejos- ninguna figura de referencia como Charles de Gaulle.

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