Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"El viajero inmóvil"

"El viajero inmóvil" es el título de un delicioso trabajo dedicado a introducirnos en la poesía del Nobel chileno Pablo Neruda, embajador en Francia. El libro, que fue publicado, en su colección Biblioteca de Estudios Literarios, por la Editorial Losada, es del crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal. Era 1966, los tiempos del Buenos Aires más gallego, italiano y griego, como bien podría confirmarnos Luis Seoane -diseñador e ilustrador de la librería de la capital de Argentina-. La pista de esa joya bibliográfica me la dio un escrito de Mario Vargas Llosa, un peruano nacionalizado español, también reconocido por la Academia sueca. Es este un hilo, como dicen ahora en Twitter, que de continuarlo bien podría conducirnos hasta las mismas puertas de Catay -nombre que se dio en los relatos de Marco Polo a la región asiática que comprendía los territorios situados en las cuencas de los ríos Yangtsé y Amarillo, en la actualidad parte de China, casi en el origen del Covid-19-.

Como pueden comprobar, en un párrafo caben el mundo y todos los tiempos, de la Patagonia a Suecia, del siglo XIII al XXI. En unas palabras se constriñen décadas de historia, de intercambios, de saberes, como en una variedad inestable o inconstancia de las cosas en su duración o logro. Como en el ejemplo, se puede viajar sin salir de un párrafo y divagar en el sofá del salón de casa hasta el infinito, pero no crear economía. Y esto es lo que ahora preocupa, y mucho. Nada de poesía.

No hay turismo sin turistas, como tampoco lo hay sin salud, seguridad, conectividad, recursos monetarios o sin promoción. Si no hay clientes no hay economía. Viajar, el arte y la cultura han sido durante las últimas décadas los motores del nuevo capitalismo y de la civilización moderna. La ruta que hemos seguido hasta llegar a este destino actual e incierto nos ha hecho variar desde la necesidad de conocer otros mundos por razones de exilio o emigración hasta la libre elección del lugar de nuestro ocio o descanso. La evolución ha significado, hasta la llegada del coronavirus, el mayor avance de la Historia en la generación de riqueza y empleo, y una revolución de vanguardia que implica a todos los sectores -construcción, transporte, alimentación, comercio, salud, seguridad, seguros, limpieza, publicidad, comunicación, etc.-.

Sin turismo, España no sería la misma. No se habrían podido afrontar los planes de desarrollo del tardo franquismo, posiblemente no habría apertura, ni transición, ni democracia. Con los suecos, los británicos y los alemanes llegaron hasta nuestro país las divisas necesarias para modernizarlo, recursos muy superiores a los ahorros de cuantos tuvieron que abandonar la Península Ibérica para ganar el sustento. Precisamente, el negocio de los viajes supuso la oportunidad pa muchos emigrantes de regresar, innumerables fueron los que incluso pusieron sus propios negocios de hostelería y hospedaje. En forma de inversión, llegarían también los dineros de Sudamérica con significativas aportaciones a la modernización de nuestras costas y ambiciosas inversiones hoteleras. Todo eso hoy está en serio riesgo de desaparecer si no actuamos con entendimiento y unidad de acción.

En su día, al éxito español contribuyeron el sol, los paisajes, los monumentos, las ciudades históricas, los museos, la alegría del carácter latino -fiestas, romerías, noche, tablados...-, unas instalaciones inmejorables y un servicio excelente y muy competitivo. Más tarde llegarían las grandes bodegas, las escuelas de hostelería, de gastronomía, los excelsos restaurantes y cocineros -Arzak, Martín Berasategui, Adriá, Jordi Cruz, Eneko Atxa, Grupo Nove -sucesores de los Amigos da Cociña Galega-, etc. , grandes eventos, etc. En Galicia, el Xacobeo de Manuel Fraga, marcas como el Camino de Santiago o Turismo Rías Biaxas, los modernos balnearios -olvidado su carácter casi aristocrático y dieciochesco-, los productos de Galicia Calidade y las denominaciones de origen, las Banderas Azules, Hotusa de Amancio López Seijas o los cascos históricos de Coruña, Santiago, Pontevedra, Lugo o Ourense, las luces de Vigo impulsadas por Abel Caballero, el Lucus Augusti, las hogueras de la playa de Riazor, el carnaval ourensano, a la Semana Santa de Ferrol, el redescubrimiento del Finisterrae o del Miño, la Ribeira Sacra, Sanxenxo, Baiona, la playa de las Catedrales, las Cíes, Ons...

El turismo ha conformado la primera industria de España. De forma directa e indirecta, la que más aporta al PIB y más empleo crea, la que más impuestos paga para mantener cotas de bienestar -sanidad, educación, etc.- y, por supuesto, las pensiones.

Hay que recuperar ese paisaje feliz. La forma de hacerlo es apoyando a un sector que ha demostrado que con inteligencia y trabajo todo es posible.

Con las debidas precauciones debemos regresar al bar y al restaurante, hacer pequeños viajes al rural o la ciudad más próxima. Es imprescindible enrumbar una nave en la que todos hemos ido complacidos y seguros.

Como en un párrafo, por volver al principio, viajar la propia calle, la ciudad de cada uno, la provincia o la Comunidad o el país, comprar en la tienda del barrio o en el centro comercial más cercano, son la mejor oportunidad en lo inmediato para contribuir a que la economía comience a normalizarse.

Como se decía en un manifiesto reciente de la industria turística, si no actuamos con celeridad, los daños serán de una enorme magnitud y causarán un gran impacto, fundamentalmente, en los autónomos y las pequeñas y medianas empresas. De no actuar, entre todos deberemos asumir una rotura social, humana y económica de incalculables costes y alcances.

"El viajero inmóvil" es solo un buen título para una publicación de crítica literaria o para un artículo. La poesía es maravillosa pero ahora toca remar. Cuando se tome un café o una caña sepa que estará contribuyendo a que las cosas vayan un poco mejor. Buen viaje de la literatura a la realidad. Es lo que hay.

*Periodista. Miembro de la Mesa de Turismo de España

@albrtobarciela

Compartir el artículo

stats