Es oportuno y justo felicitar a todo el personal sanitario gallego, y especialmente al del área de Vigo, que en los últimos años ha tenido que soportar los desmanes de algunos políticos y una nueva realidad, una realidad tejida alrededor del Hospital Público Álvaro Cunqueiro. La diferencia de criterios y las discrepancias siempre van a existir. Por eso es importante tener la voluntad de mejorar las cosas y el arrojo para hacerlo, a pesar de muchos ataques injustificados y muchas piedras en el camino.

El coronavirus vino sin preguntar y combatirlo no habría sido igual sin una infraestructura moderna, de la calidad y del tamaño del Álvaro Cunqueiro. Al Cunqueiro, como ya le llamamos por aquí, sólo le faltaba tiempo. Nació gracias a la fuerza, el ánimo y la convicción de algunos y ha llegado a convertirse en un referente sanitario. El personal sanitario en el área viguesa asciende a 6.135 personas entre el Chuvi y Primaria, incluyendo personal directivo, facultativos, sanitarios, investigadores y residentes.

El Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cumplió su compromiso con Vigo y su área sanitaria con la construcción de un gran hospital público, tan demandado y tan necesario. Pero no se lo pusieron fácil, porque fue un torpedeo constante desde políticos de otros partidos, sobre todo el alcalde de Vigo, quien debería estar orgulloso y agradecido de tener el Cunqueiro en su ciudad. Lamentablemente, su objetivo ha sido boicotear este proyecto con muchas mentiras e ignorar este gigante sanitario, que no paraba de crecer y de buscar su sitio. Lo encontró, lo conocimos, ha contribuido y contribuye a mejorar nuestra calidad de vida, pero todavía desde el ayuntamiento se ignora, sin mejorar los accesos ni las líneas de transporte público.

El paso del tiempo ha respondido a muchas preguntas y ha tapado muchas acusaciones injustas. El Cunqueiro, y una gestión sanitaria adecuada y acertada, han respondido con nota en Vigo ante el Covid-19.

*Diputada del Grupo Popular en el Parlamento de Galicia