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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Gafas de buceo para disfrutar del mar

Menudo negoción a la vista: parcelas de arena en las más espectaculares playas de la paradisíaca Arousa. Bastará con espabilar y reservar espacios, ser ágiles en la lectura de los códigos QR y si se tiene un amigo en el Ayuntamiento pues a lo mejor ya le reserva un huequito para toda la primera quincena de agosto.

El coronavirus ha privatizado hasta los espacios de dominio público, tanto que estas recónditas y lindas calitas -mil en toda Galicia- se han convertido en arena de nadie, o de unos pocos.

La idea de repartir en cachitos la playa es casi el ejemplo perfecto para definir el absurdo, casi como la mítica leyenda de Sísifo, un ciego, que trataba de empujar una gran roca por una pendiente sin llegar nunca a la cima porque esta 1volvía al mar. ¡Qué bien lo contaba Camus!

Pues eso es lo que les espera a las autoridades este verano.¿Recuerdan las peleas por colocar la tumbona, incluso la toalla.? ¿Creen ustedes que nadie va a mover los postes? ¿A alguien se le ocurre que no se van a dar problemas de vecindad?

El lío está armado y va a ser difícil contenerlo pues además de regular las cuadrículas también se necesitará señalización de las zonas comunes, la de los accesos, la ida y la vuelta. Además no es lo mismo un hueco al sol que otro que, por ejemplo, tenga un pino que dé sombra. ¿Habrá dos parcelas juntas de 3 y 2 plazas para que una misma familia pueda compartir la Nivea?

Y ¿a qué hora se podrá ir? ¿Vale lo mismo a las 12 del mediodía, a las cuatro de la tarde o cuando empieza a anochecer? ¿El móvil que se lleve tendrá datos cuando pase por el código?

Y la mascarilla. ¿será necesaria en un lugar de tan poca ropa?. Quizás solo sea obligatoria al transitar a la orilla pero no habrá a quien dejarle el bozal cuando sea el momento del chapuzón.

Y para esto un consejo. Hágase el deportista o bien compre unas gafas de buceo que le tapan ojos, nariz y boca. A lo mejor hasta puede llevarse a casa un pulpo aunque para ello haga falta un arpón y no parece buena idea que todo el mundo vaya con armas cuando de lo que se trata es de pasar una tarde al sol y un verano que deje atrás la pesadilla.

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