La pandemia se convirtió en un verdadero shock para el ser humano. La sociedad también entró en coma igual que si su cerebro se hubiera quedado sin oxígeno. Toca empezar de cero y recobrar los borrados recuerdos después del cierre por decreto de una etapa que parecía la más sólida de la Historia.

Qué lejos han quedado en la memoria los acontecimientos de ayer mismo. Esos tan próximos pero que dan la sensación de una eternidad, esos que se han sumado al olvido colectivo al transformarse en pequeñeces aunque en su día fueran verdaderas tragedias.

No se trata de hablar de los atentados de Atocha o los de las Ramblas o de Sitges, ni del accidente del Yak-42 o del Ryanair, sino de casos mucho más recientes, que la mente ha borrado para dejar más hueco al coronavirus.

Baste recordar el tristísimo suceso de A Illa. Han pasado solo dos meses desde el hallazgo del cuerpo de Iván Harry Otero, de su funeral multitudinario en la lonja, y ya solo su familia y allegados le tienen en su memoria más cercana. El Covid-19 reseteó los demás cerebros.

¿Dónde quedó el naufragio del Sin Querer Dos? Hay cuatro familias que esperan desde hace poco más de un año a que se reconozca que fueron víctimas de un naufragio que nunca tendría que haber ocurrido. Apagón mental.

Acaba de cumplirse el aniversario de una joven pareja de Pontecesures que murió en el atentado islamista de Sri Lanka y nadie se acordó de ellos en estas fechas. Pantalla en negro.

Y qué decir del salvaje crimen machista de Valga en el que tres mujeres de una misma familia fueron acribilladas presuntamente por José Luis Abet Lafuente, confinado en cualquier prisión gallega. Tremendo olvido.

Baste con pensar como el cerebro apartó incluso de la mente el execrable crimen de Diana Quer y que muy pocos acuerdan ya del Chicle, José Luis Abuín Gey, porque el coronavirus superó con creces aquel trauma social espeluznante. Apagón social.

Es hora de rescatar estos dramas. Activar la memoria es fundamental para esta nueva etapa histórica que comienza con la pandemia del coronavirus pero que debe tener muy presente todos los horrores de la anterior, esa que acabó ayer mismo. La sociedad debe despertar y alejar esta pesadilla.