A la vista de que la decisión del Gobierno central parece firme en el sentido de resucitar la economía nacional, aunque sea por partes, quizá proceda una reflexión personal: si algo puede deducirse de la pandemia del Covid-19 es la necesidad de evitar la improvisación y la falta de información solvente. Casi nadie discute ya que en ambas cautelas han fracasado los responsables de adoptarlas, así que nunca ha estado tan fácil obtener una moraleja: como rectificar es de sabios -y también de políticos capaces, aunque ambos tipos escaseen-, hay que ponerse a ello.
En términos de Galicia la urgencia es aún mayor. Especialmente si se tiene en cuenta que algunos de los sectores económicos más afectados son claves para este antiguo Reino: pymes, autónomos, servicios, comercio en general y desde luego turismo habrán de reiniciarse, y en muchos casos, resucitar. Algo que -los empresarios lo repiten casi cada día- no se puede hacer sin planificación y por supuesto la colaboración de las administraciones. Pero no para que subvencionen, sino para que ayuden, que suena parecido pero que no es igual.
(En este punto, y desde la opinión personal, procede párrafo aparte para insistir en el ya citado sector turístico. Y de forma concreta al Xacobeo 2021, concebido y reconocido por la propia Xunta como un proyecto histórico llamado a convertir a Galicia en destino de millones de visitantes y dotado para ello de un presupuesto acorde con la expectativa. Pero eso fue antes del maldito virus y su pandemia, y por eso resulta inteligente el anuncio del Ejecutivo que preside el señor Feijóo de elaborar un nuevo proyecto. Porque eso es prevenir antes que curar.)
El gobierno gallego anunció hace semanas la puesta en marcha de un comité de expertos para la planificación de los nuevos y difíciles tiempos que se avecinan. Y publicó los nombres de sus miembros, personas muy destacadas de la empresa y la universidad, lo que supone unificar el esfuerzo de la práctica y la teoría para dinamizar la economía. Aparte de que permite separar el grano de los expertos de verdad y la paja de os que dicen serlo, que tanto abunda en este país cuando surge una catástrofe. Pasó con las vacas local y el Prestige, entre otros ejemplos.
Lo que aún no se sabe bien es si ese comité tiene un programa básico y establecido un orden de prioridades. Es cierto que aparecen datos de cuando en cuando que apuntan a que ya trabaja, pero no sería la primera vez que la Xunta adopta este tipo de iniciativas de las que algo más tarde apenas se sabe: recuérdense por ejemplo las orientadas a afrontar la competenca del norte de Portugal. Ahora, conocer cómo se planea el inmediato futuro será vital para los afectados directos y útil también para los que podrían considerarse indirectos, o algo parecido, que son la gente del común. La que siempre paga el pato, pero que vota.
¿Eh?
