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Joaquín Rábago.

Poner al zorro a cuidar el gallinero

En una demostración más del poder de los lobbies en Bruselas, la Comisión Europea ha pedido asesoramiento a la principal gestora de inversiones del mundo sobre la forma de integrar en sus regulaciones bancarias criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.

Contra esa decisión han protestado esta semana cerca de un centenar de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas el Observatorio de la Europa Corporativa, que han enviado una carta a la Comisión exigiéndole la cancelación del contrato con el fondo BlackRock.

Las organizaciones signatarias denuncian un fuerte conflicto de intereses, dadas las inversiones que tiene el fondo precisamente en los mismos bancos cuyas actividades se trata de regular además de en empresas del sector petrolero. Es como poner al zorro a cuidar del gallinero.

BlackRock es no sólo la mayor gestora de activos del planeta -administra actualmente en torno a seis billones de dólares-, y tiene fuertes inversiones en varios bancos europeos, sino que es al mismo tiempo el mayor inversor en combustibles fósiles con más de 87.300 millones de dólares en tan contaminante industria, según denuncian sus críticos.

Para Myriam Vander Stichele, de la coalición "Change Finance" ('Cambiemos las Finanzas'), la firma de ese contrato por parte de la Comisión Europea es un ejemplo más de lo poco que parecen importarle a Bruselas las preocupaciones de los ciudadanos .

"El hecho de que BlackRock lograse ese contrato pese a haber cabildeado fuertemente en contra de la adopción por las instituciones comunitarias de regulaciones más estrictas en materia de finanzas sostenibles demuestra que la Comisión acepta y facilita una indebida influencia del sector financiero", critica Vander Stichele.

Y añade: "Para los ciudadanos europeos, dicho contrato es inaceptable ya que muestra un total desprecio de principios democráticos como son el debate inclusivo y la integridad (moral). Confirma un modelo de hacer con el que es preciso acabar".

Los signatarios del escrito de protesta, dado a conocer por el Observatorio de la Europa Corporativa, consideran que por todos esos elementos y por las implicaciones que todo ello puede tener para el futuro de la "agenda financiera sostenible" de la Unión Europea, el asesoramiento de BlackRock "no será neutral ni creíble".

Y amenazan con presentar una demanda formal en el caso de que la Comisión desoiga sus críticas y se niegue a cancelar el contrato suscrito con la empresa fundada en1988 en Nueva York por Laurence D. Fink y Robert S. Kapito y a cuya cabeza sigue estando el primero.

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