Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Necesidad

Nadie discute que España está inmersa, como la generalidad de los países, en dos gravísimas crisis: la sanitaria y la económica. Y, si bien la primera está teniendo unos efectos devastadores con el elevado número de personas fallecidas e infectadas, también es cierto que las medidas adoptadas por los distintos gobiernos, unos con más acierto que otros, están logrando que esta epidemia esté siendo controlada y remitiendo en la práctica totalidad de los países. En esta lucha contra la pandemia existe una importante ventaja, y es que si las medidas adoptadas no tienen el efecto deseado -confinamiento, cierre masivo de empresas, etc.-, siempre cabe la posibilidad de retomar las medidas necesarias para controlarla, sin que los efectos negativos, nunca deseados, sean demasiado gravosos.

La crisis económica presenta unas connotaciones muy distintas, porque el daño que se le está produciendo al tejido industrial, comercial, de servicios, y de una manera muy especial a las economías domésticas, no puede soportar por mucho más tiempo esta situación, si es que se pretende recuperar el pulso económico a corto plazo. Por lo que no cabe ninguna otra solución que aprobar las medidas necesarias para la reactivación económica, de lo contrario la recuperación económica no se alcanzará hasta dentro de varios años teniendo que convivir con tasas insoportables de paro, endeudamiento, déficit... sin descartar un siempre temido rescate.

Por eso la obligación de los políticos es que, teniendo en cuenta, principalmente, las opiniones de su equipo técnico, comunidades autónomas, municipios, organizaciones empresariales y sindicales, etc., tienen que arriesgarse y aprobar las medidas necesarias para esta reactivación antes de que sea demasiado tarde, con la gran ventaja de que, si se equivoca, estará a tiempo de rectificar, con mínimas consecuencias, aunque no por ello menos dolorosas. Pues bien, el Gobierno va a poner en práctica una serie de medidas a aplicar en cuatro fases, desde el 4 de mayo hasta finales de junio. Medidas que según todas las manifestaciones de todas las partes que pudieran estar involucradas, desconocían hasta la intervención televisiva del presidente.

E independientemente de su gestación y de su posible problemática para la aprobación en el Parlamento, son muy necesarias, y se podrá discutir si pueden ser o no mas ambiciosas, que lo deben ser a corto plazo. Sin embargo, de lo escueto del comunicado, se saca la opinión nada favorable de que en su redacción prima sobre todo la improvisación, dando la sensación de que su único objetivo es contestar las quejas de determinados colectivos, sin tener en cuenta que muchas de las medidas serán inaplicables por antirrentables y otras quedan en el limbo en cuanto a su aplicación.

Aunque los ejemplos de estas discordancias y discrepancias son numerosos, traemos a colación unos pocos en donde se pone de manifiesto esta improvisación de medidas que poco va a ayudar a que determinados sectores pueden recuperar, incluso, parte de su actividad.

Se va autorizar la apertura de hoteles con limitación, pero no se van a autorizar los viajes entre provincias. Entonces, ¿quién va hacer uso de estas instalaciones? En principio nadie. ¿Abrirán estos establecimientos? En principio lo dudo ¿Podrán seguir aplicando los ERTE? En cuanto a la hostelería, en principio tendrán una reducción limitación de espacio del 70%. Es decir, que su recaudación se verá reducida en ese porcentaje. Sus gastos fijos serán los anteriores a la crisis. ¿Qué va a pasar con el personal? Lo lógico es que contrate los necesarios, es decir 3 de cada 10. ¿Qué va a pasar con el resto de personal acogidos a un ERTE? ¿Que va a pasar con el propio ERTE al no cumplir con la incorporación de todos?

Demasiadas incógnitas, lo que llevará aparejado que muchos de estos establecimientos no abran la persiana en estas condiciones, y me temo que en el futuro tampoco.

Finalizo como iniciaba: La obligación del político es arriesgar dentro de las posibilidades, y hay necesidad de éstas y otras medidas si no queremos que la recuperación económica se posponga para un largo periodo de tiempo, con lo que ello supondría. Pero las medidas deben ser consensuadas con quien corresponda, y no improvisadas como las que se van a aprobar ahora.

*Decano-Presidente del Colegio de Economistas de Pontevedra

Compartir el artículo

stats