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José Manuel Ponte

INVENTARIO DE PERPLEJIDADES

José Manuel Ponte

Michael Robinson y los hispanistas

Hubo unanimidad al lamentar la muerte de Michael Robinson, un futbolista inglés que se había ganado el aprecio general por su forma simpática y bienhumorada de comentar acontecimientos deportivos. Con un acento inequívocamente británico y salpicado de graciosos errores de dicción que él cultivaba pese a que sus muchos años de vida entre nosotros permitían sospechar que sabía hablar correctamente el español. A sus compañeros de la radio y de la televisión les pudo la emoción al dar la noticia y más de uno lo lloró como si fuese un familiar de los más queridos. Lo cierto es que, en estos últimos tiempos, Robinson se había convertido en un personaje famoso de la industria del entretenimiento y sus programas gozaban del favor del público.

Había llegado a la Liga española contratado por el Osasuna de Pamplona después de haber ganado con los "rojos" del Liverpool la Premier y la Copa de Europa entre otros títulos. Y todo el mundo lo recuerda como un delantero centro acometedor, de esos que dan siempre la cara ante los defensas más duros y tienen olfato de gol; es decir, de los que husmean la posibilidad de empujar la pelota dentro de la portería a la mínima oportunidad que se les brinde. En Osasuna, el equipo "rojillo" por excelencia, pasó dos años felices y se convirtió en uno de los jugadores favoritos de la afición pamplonica.

Después colgó las botas definitivamente aunque tuvo el talento de aprovechar sus conocimientos en el deporte para seguir una brillante carrera como comunicador en la que acreditó un peculiar sentido del humor. Una faceta que le hizo destacar en un medio en el que proliferan en demasía, especialistas en desatar pasiones y provocar broncas y polémicas artificiales. Robinson no cayó nunca en esa tentación y no me cabe ninguna duda que se le echará mucho de menos.

En cierto sentido, y por su pasión por lo español, podríamos permitirnos la licencia de incluirlo en la ilustre nómina de ciudadanos británicos que hemos dado en llamar "hispanistas". Es decir, de aquellos que sienten como propias la historia y la literatura españolas y se han especializado en su investigación. Personajes como los viajeros Richard Ford y George Borrow (el vendedor de biblias "Jorgito", el Inglés); historiadores como Hugh Thomas, Paul Preston, Ian Gibson, John Elliot y Charles Powell; o literatos como Gerald Brenam, Robert Graves y George Orwell. Una relación a la que hay que sumar los cuatro libros que publicó Robinson. A saber: "Las cosas de Robin" (1996), "Lo que el ojo no ve" (2001), "Acento Robinson" (2015) y "Es lo que hay" (2017). Cuatro aproximaciones a la realidad del fútbol español que se leen con gusto por su amenidad.

En su faceta como futbolista en activo el paso por la liga española de Michael Robinson no fue especialmente destacado ni tampoco sobresalió en exceso respecto del rendimiento, más bien gris, de otros compatriotas. Entre los que hay que citar a Gary Lineker, que jugó en el Barça; Steve McManaman, Mikel Owen y Lauren Cunnigan en el Real Madrid, entre otros. Por la causa que fuere, las grandes estrellas del fútbol inglés nunca dieron el rendimiento que se esperaba de ellos en la liga española. Aunque, eso sí, disfrutaron de grandes contratos.

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