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Olga Seco Seco.

Démosle la bienvenida al valor y descubramos las ganas

Las conjeturas, la mayoría de las veces, son leyendas poco adecuadas que nos cuenta nuestra propia mente. Creo que es bueno desligarse de todo aquello que gravita junto a la suposición. Al parecer, comienza la desescalada, y todos debemos ser gesto de entusiasmo, fuerza y ánimo. No es difícil sustraerse de aquello que no busca un resultado feliz. Todos debemos pensar en ser el infinito cielo de una nueva tierra e incluso igualar con nuestra actitud su propio esplendor.

Nuestra existencia, lo han podido ver, es el sueño de la muerte; la misma que de un día para otro, nos cambia de refugio y nos lleva a la eternidad. En definitiva, todo (si uno tiene voluntad) nos hace pensar.

La vida es corta, muy corta, al final todo se reduce a ratos. Lo mortecino, por lo visto, solo nos asusta si lo vemos a lo grande. Pero, creo, que es hora de empezar a pensar en lo pequeño; igual es el momento de recordar las cosas que dejamos morir por orgullo, por cobardía, por rencor, por miedo y un largo etcétera. No, no esperemos a llorar por estupor, conmoción o pena, seamos valientes y salgamos con ganas de arreglar lo adverso. Démosle la bienvenida al valor y descubramos las ganas, solo así, seremos la elocuencia que proyecta nuestros deseos; la misma, que sin nerviosismo nos lleva hasta ellos. Siempre tenemos la mala costumbre de retardar todo, por desgracia, pensamos que ya tendremos tiempo. Pero ya ven, junto a lo no vivido (por renuncia o miedo) está la arruga del tiempo que siempre nos mira con mala cara.

Después del confinamiento, es el momento de aunar pensamientos y reconciliarse con la anchura del valor, atrás queda el sonoro silencio de un mundo destrozado por un virus. Y tal vez, el remordimiento de no haber atesorado mejor el tiempo; todos debemos de entender que el cántico que mejor funciona es la vivencia, el famoso "Resistiré" es música prestada que protege a la sugestión y transporta los deseos humanos. Pero, qué quieren que les diga, hay canciones que al menos a mí (me dejan la garganta sedienta) y ni con dos vasitos de agua se me pasa.

Nosotros mismos somos una fábrica de reconstituyentes, creo, que junto al venidero sol del verano empieza una suprema vida, es muy importante saber, que junto a nuestros despertares (cada día) existen muchas oportunidades y no debemos desaprovecharlas; la muerte es tan injusta que de un día para otro nos lleva a criar malvas.

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