Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Esparcir jabón por el pueblo

El virus que acecha a la población mundial parece inofensivo hasta que muta y se convierte en asesino. Los científicos bombardean conque su fina capa protectora se extermina con una simple gota de jabón.

De esta tesis, planteada desde una visión simplista, se infiere que la higiene es clave para combatir el tremendo drama que soporta la humanidad en estos momentos.

Y en este ataque coordinado deberían tener un papel clave las administraciones locales. No basta con salir a las calles para recordar el estado de alarma. Es preciso sacar toda la artillería en el combate para actuar en todos los flancos.

La mejor trinchera es hoy por hoy la limpieza. ¿A qué esperan la Fegamp, la Diputación, todos los Ayuntamientos de O Salnés para llenar de jabón, de productos que no sean tóxicos, los camiones cisterna, las esparcidoras de sal, los volquetes de los parques de maquinaria que tanto dinero han costado?

Cierto que el personal de limpieza hace horas extras y que las calles tienen mejor apariencia pero la escoba y el recogedor no son suficientes para la batalla que se quiere librar.

La UME solo acudió en una ocasión a Vilagarcía ante el episodio de San Roque pero el bicho está extendido también por el resto de la ciudad.

Y no solo los científicos bombardean con la necesidad de implementar la higiene en este contexto infectocontagioso. Hasta los vecinos más profanos han visto que urge un zafarrancho diario, a primera hora de la mañana y no solo en los lugares más concurridos.

¿Por qué no salen los camiones de la Festa da Auga para baldear las calles?, se pregunta una vecina del entorno de A Baldosa. Y tiene toda la razón, puro sentido común. La acción es urgente y no solo en el centro de la ciudad. En cualquier lugar puede estar el coronavirus y todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a la protección de su salud.

Urge emplear toda la inteligencia para vencer la catástrofe. No se puede perder el tiempo con discusiones estériles de si son muchas o pocas mascarillas, si son de buena o mala calidad, si tú lo haces bien o mal.

Lo único que debe esterilizarse es la ciudad, ese lugar común de convivencia que tanto se echa ahora de menos.

Compartir el artículo

stats