En la medida de lo posible, templanza y perspectiva. La crisis del coronavirus nos está afectando a todos. Quizá los países asiáticos estaban más preparados y predispuestos, porque han sido ellos quienes sufrieron brotes y episodios previos (SARS, MERS). Pero, en general, el choque está siendo intenso e inusitado en todas partes. No es un problema español. Sin duda, podíamos haber hecho algunas cosas mejor. Pero esto es siempre más sencillo decirlo a toro pasado, con la información en la mano; países como Estados Unidos o Reino Unido lo han hecho peor. Alemania, Suiza o Francia tampoco se libran de fallos por improvisación y descoordinación.

La segunda idea a tener presente es que nos conviene el optimismo. Cumplamos con todas las medidas de aislamiento y prevención que nos exijan por el bien de todos. Pero pensemos que lo que estamos ahora viviendo es transitorio y tiene un horizonte de semanas. Existe fundamento para el optimismo: el éxito de las medidas de confinamiento, la aparición de tratamientos efectivos, la llegada del buen tiempo, la experiencia de China, una mutación del virus que lo debilite? En este escenario y con las medidas de intervención pública que se están aprobando y ejecutando, la crisis económica se concentraría en el primer semestre del año, la recuperación sería rápida y el coste económico para gallegos y españoles muy inferior al de la Gran Recesión, con un impacto menor o moderado en desigualdad y empleo. El optimismo ayudará a que esto sea así, por el importante rol que desempeñas las expectativas. Habrá que retomar las decisiones de gasto aparcadas en estas semanas. Y las decisiones de inversión. En estos momentos, en la universidad (doy fe que la de Vigo sigue muy activa, gracias a su elevado grado de digitalización y a la voluntad de su personal y sus estudiantes) y en el seno del Foro Económico de Galicia estamos haciendo cálculos para poder concretar este escenario económico algo más. Cálculos que confiamos poder compartir en breve.

Es verdad que las cosas se pueden torcer y el escenario ser menos favorable. Pero para ponernos en lo peor, estamos a tiempo. Yo, personalmente, me mantengo en el optimismo.

*Director de Gen (Uvigo) y del Foro Económico de Galicia