Con la paralización de las ligas deportivas por la pandemia del Covid-19, sean profesionales o amateurs, las redes sociales se han convertido en un foro de información, desinformación, opiniones y también de exhibición de un gran talento humorístico. Primero, las opiniones versaban sobre si se debía jugar a puerta cerrada o no y, pocos días después, sobre si se deberían paralizar las competiciones. En medio de todo este caudal comunicativo, algunos entrenadores de baloncesto como Pedro Martínez se han mostrado partidarios de jugar a puerta cerrada y luego aliviados por la suspensión de la competición. Otros, como Pablo Laso, han recomendado quedarse en casa para evitar posibles contagios.

En este momento se han cancelado prácticamente todas las ligas deportivas que conocemos, hecho que no ha saciado la sed de debate del aficionado. Dado que ahora no es posible discutir sobre las alineaciones, las tácticas, los cambios de los entrenadores o las decisiones del VAR, tenemos un nuevo motivo de discusión entre aficionados que radica en elucubrar qué ocurriría si las ligas se paralizan definitivamente: ¿cómo se determinará la clasificación de los equipos? ¿debería haber ascensos y descensos? Preguntas que los aficionados al deporte nos hemos hecho y que tienen una difícil respuesta dado que la normativa deportiva suele remitir a los comités organizadores de las ligas las decisiones sobre la suspensión de estas. Pero, como es obvio, no regula las medidas a adoptar en situaciones como la que nos ocupa, entre otras cosas, porque desconocemos el alcance de la suspensión de las ligas y si afectará a toda la temporada en vigor.

Hasta el momento se han escuchado diversas posibilidades como la de que las respectivas clasificaciones se queden como están en el momento de paralización de las ligas o la de que se tenga en cuenta la clasificación de la primera vuelta de cada competición. Pero lo cierto es que todas ellas adolecen de una enorme falta de seguridad jurídica dado que son hechos novedosos y de causa mayor los que han paralizado las ligas, que a día de hoy no se sabe si se podrán reanudar o no. Señalo esa falta de seguridad jurídica porque no hay una norma escrita que disponga lo que podría ocurrir si se suspenden las ligas.

La mayoría de las ligas disponen que sus organizadores tomarán las decisiones relativas a la posible suspensión o cancelación de las mismas. En algunos deportes como el fútbol, quien toma las decisiones es un comité entre la Real Federación Española de Fútbol y la Liga de Fútbol Profesional. En otros, como el baloncesto, son los propios clubes los que deben adoptar la decisión. Pero lo más común es lo que ocurre en el balonmano y la mayoría de los deportes, en los que la decisión la debe tomar un Comité de Competición. Esto significa que únicamente en baloncesto la decisión la tomarán los propios clubes, decisión que tendrán que adoptar por una mayoría cualificada.

En mi opinión, la única solución posible es la de la cancelación (no suspensión) de las competiciones, es decir, tenerlas como no desarrolladas. Tenemos que convencernos del paréntesis que esta situación extraordinaria supone y, en cuanto la normalidad vuelva a nuestras vidas, celebrar unas nuevas competiciones con nuevos proyectos deportivos, nuevas ilusiones y nuevos debates, entreteniéndonos y disfrutando de la actividad deportiva.

* Socio de López&Casal Abogados, especialista en derecho del deporte.