1º Acepta la incertidumbre: Si queremos controlar todo, tener certezas absolutas, solo aumentamos la ansiedad. Enfrenta las dudas una a una. No tienes que contestar mensajes al momento, ni buscar ya todas las preguntas o dudas. Reduce tus consultas sobre el brote. Da un paseo o escucha música sin preocuparte del reloj. La situación no la podemos controlar pero sí nuestras emociones.

2º Cumple las medidas básicas: distancia de un metro; lava las manos; cúbrete al toser; evita tocar boca, nariz, ojos; no des la mano o beses; no contactos innecesarios.

3º Mantén la perspectiva: el virus es preocupante en personas con patologías graves, su una tasa de mortalidad oscila entre 0,5 y 2,5%. Pero lo desconocido parece más amenazante. Más del 80% de los infectados tienen síntomas leves o no tienen, los niños se contagian pero sin apenas síntomas. Ya hay un alto porcentaje de curación. En Galicia mueren cada día 100 personas, a 14 de marzo unos 7.400 muertos este año. Por coronavirus hay 140 afectados y una persona muerta. La cobertura constante de los medios multiplica la sensación de peligro y el miedo. Mantente informado por fuentes oficiales.

4º Evita obsesionarte: si no paras de pensar en ello, tienes que racionar la información. Media hora de noticias máximo. La exposición constante multiplica la ansiedad y la sensación de gravedad. Por supuesto evita estar constantemente hablando del tema.

5º Mantén rutinas: tareas, ocio, actividad. Aunque estés más en casa mantente conectado, comparte con amigos o familiares. Expresa cómo te sientes con las personas idóneas.

6º Enfrenta la ansiedad: tapar la ansiedad es contraproducente. Es una reacción que nos prepara ante un posible peligro. Experimentarla controladamente, en una postura cómoda, sin obligaciones, respirando con calma, y describiendo sin juzgar nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales, permite manejarla mejor, disiparla en gran parte. El miedo a enfermar nos puede ayudar a repasar nuestra vida y prioridades. A buscarle más sentido, retomar inquietudes, sentirnos más responsables con lo que hacemos. De todo se aprende.

7º Autocuidado: somos más fuertes y tenemos más control sobre nuestras emociones de lo que pensamos. En las crisis nos subestimamos. Nunca es tan negro el cuervo como sus alas. Tenemos que cuidarnos, aumentar nuestro bienestar psicológico (fortalece nuestro sistema inmunológico), dormir lo suficiente, hacer ejercicio y relajarnos, cultivar el humor. Y también preocuparnos por los demás, que de rebote nos beneficia. Recordar las cosas que nos han funcionado en nuestra vida para sentirnos de verdad mejor, y aplicarlas.

* Psicólogo especialista en clínica, escritor, director de la Uniad Asistencial de Drogodependencias (UAD) de Cangas.