Soy de los muchos que pienso que lo que vivimos es un vírico maltrago pasajero del que se sacará alguna cosa positiva cuando todo vuelva a su cauce. En Italia han cerrado hasta los bares, que son parte de la idiosincrasia del pueblo español, y esperemos que aquí las circunstancias no aconsejen tal medida, pero mientras a lo mejor nos veremos más en encuentros culinarios domésticos. Debió ser eso lo que animó a la periodista jubilada (dice ella que a Dios gracias) Luz María Durán a invitarnos a su casa de A Laxe ante la ría a otros cuatro del gremio de la pluma, con Ánxel Vence (que anda refugiado en la tranquilidad de Baiona escribiendo algo largo), Luis Piñero y su dueña Patricia Álvarez. Luz nos puso unas vieiras, un besugo al horno según no sé qué receta cuyo autor se inventó y tocinillo de cielo, todo rico, y en los postres se nos ocurió calcular los años de periodismo que sumábamos entre todos: ¡casi 180entre los 5, Dios mío! Corramos un tupido velo.

A los huevos de los Pino Villa

Otro día, el pasado domingo, me invitaron muy cerca, en la calle Oliva, los señores de Pino Villar, o sea Sesi Pino (incluso Raso) y Amparo Villar, a un menú que yo no cambio por nada, por muy poco sofisticado que sea. Aprovechando que volvían de su casa salvaterreña de Meder y sus gallinas habían cumplido con sus obligaciones, propuse yo que diéramos cuenta de los entrañables productos gallináceos acompañados de unas patatas fritas de su despensa, creo que de Coristanco. En vez de chorizo, a los huevos con patatas les pusimos unas chistorras recién traídas de la Sidrería, en Teófilo Llorente, que traen del país Vasco y son insuperables. Debo decir que el pequeño tamaño de la huevada nos animó al señor de la casa y a mí a tomar cuatro cada uno ante la estupefacción de la señora, pero qué gran placer proporcionan las cosas más sencillas y en ocasiones como esta baratas. Debo decir que el día anterior se había visto a la olívica pareja atacando a unas lampreas y rodeados de gaita, panderetas y canciones populares en el Mesón da Lampres de Cabeiras, con gente de comprobada moralidad como Antonio Varela, Bea Sampayo, Rafa Moreno, Marta Bodelón, el pintor Alberto Novo "payute" y su Ángeles de la guarda, Nati Cabezas y Urbano Rodríguez. Después a saber qué hicieron.

Y al Joaquín de Valdunciel

Si el sábado estuve en casa de Luz María la de Durán y el domingo en la de los Pino y Villar, el lunes noche estuve en el asador Joaquín de Calzada de Valdunciel, poco antes de Salamanca, por donde antaño discurría la romana Iter ab Emerita Asturicam. Siempre que voy de Zamora a Salamanca paro en el Joaquín, y lo cuento porque en Vigo hay mucho exestudiante salmantino y muchos padres con chavales estudiando en su universidad, como los periodistas Alberto Alonso y Belén Porteiro o Javier Luca de Tena y Tina Arbones, por citar los primeros que se me ocurren. Tomé ese lunes un poco de aquí y otro de allá, de un riquísimo revuelto de morcilla, de unos callos y unas carrilleras. Como siempre, digan lo que digan los internautas, me quedan ganas de volver. Todo allí es pecado mortal. En anteriores visitas degusté sus chuletillas, su lechazo asado en horno de leña, su cochinillo, sus mollejas a la plancha... ¡no sigo, que se me está poniendo, feroz, el apetito!