Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El nuevo coronavirus

Hay dos palabras que nadie quiere pronunciar ni oír durante un brote de una enfermedad: contagio local o transmisión comunitaria.

El fin de semana pasado Italia pasó a ser el líder europeo de casos de COVID-19. Su número pasó rápidamente de 11 a 124, con bastantes grupos de infecciones sin conexión con China. Siguiendo el ejemplo de Hubei en China se aislaron pueblos y ciudades y se suspendieron actividades que reunían muchas personas. Este contagio comunitario ya aparece en otras 13 naciones como Corea del Sur o Irán.

En Corea del Sur el número de casos se incrementó en cinco días, pasando de 104 a más de 1.000. En Irán el número de fallecidos llegó a 12, algo sorprendente, dado que pocos días antes solo había un caso declarado. COVID-19 tiene una tasa de mortalidad del 2%, lo que significa que hay bastantes más casos no reportados en Irán. El número de países con casos sigue creciendo. La Organización Mundial de la Salud no quiere declarar esta enfermedad como pandémica y avisa de que los países tienen que prepararse para lo que venga.

El control de pasajeros puede ralentizar la expansión, pero no evitarla. Ya sucedió con el cólera en el siglo XIX, o las crisis de ébola en la última década. Los confinamientos protegieron algunas poblaciones en la gripe de 1918 y 1919, pero también hicieron que países como Portugal no recibieran ayuda. Mientras tanto los grandes diseminadores de la enfermedad, las tropas de la I Guerra Mundial, se movían a través de las fronteras.

Los virus son maestros del engaño. La evidencia acumulada es que este nuevo coronavirus tarda unos cinco días en producir síntomas y los pacientes son contagiosos antes de que aparezcan.

¿Si sube la temperatura se ralentizará la infección? No lo sabemos. Los coronavirus humanos conocidos anteriormente podían permanecer infectivos en superficies inanimadas a temperatura ambiente hasta 9 días. A 30 grados o más el tiempo en que permanecen infectivos es menor. Los coronavirus de animales pueden permanecer infecciosos más tiempo, algunos hasta 28 días.

En el caso de COVID-19, el virus infecta no solo los pulmones sino también la nariz y la garganta. Un estudio publicado en "Science" describe que este nuevo coronavirus tiene una capacidad 10 a 20 veces más alta que los otros coronavirus conocidos para entrar en las células humanas.

Los modelos matemáticos para estudiar cómo evoluciona una enfermedad se basan fundamentalmente en cuántas personas son susceptibles, cuántas transmiten la enfermedad y cuántas se recuperan o mueren.

Aunque parezca sencillo, cualquier error en esas estimaciones puede hacer que el modelo de información sea equivocado. En 2014, los modelos del CDC predijeron que el brote de ébola en África podía causar 550.000 a 1.4 millones de casos en Liberia y Sierra Leona hacia el final de enero si nada cambiaba. Sin embargo, los esfuerzos en el aislamiento de pacientes, seguimiento de sus contactos y prohibir los entierros con participación de muchas personas consiguieron que los casos fueran 28.600 (y 11.325 muertes). Situaciones similares se dieron con otras potenciales pandemias como SARS y MERS.

Los modelos matemáticos aplicados a cómo evolucionó la enfermedad después de la cuarentena establecida en Wuhan y su eficacia arrojan resultados confusos. Aparentemente la cuarentena llegó tarde, cuando el virus se había extendido a otras ciudades de China el 23 de enero. Probablemente China estaba exportando casos de coronavirus a través de otros centros de viaje como Shanghái, Beijing, Shenzhen, Guangzhou, y Kunming entre los más importantes.

La enfermedad siguió extendiéndose a Japón y Corea del Sur, porque aunque se prohibieron los viajes de Wuhan y Hubei los viajeros de otras ciudades de China podían seguir viajando.

Los modelos sugieren que la cuarentena de Wuhan retrasó el avance global de la epidemia como mucho 3 o 5 días. No hay evidencia sólida de que la prohibición de viajes sea eficaz. Sirven para retrasar, pero no para contener las epidemias, unos días o unas semanas. Como pudo comprobarse en el crucero Diamond Princess, el aislamiento puede favorecer que la enfermedad se extienda en un grupo confinado. Lo que comenzó con 10 infecciones el 4 de febrero pasó de las 600 tres semanas después.

Los métodos para detectar la enfermedad en las personas que viajan tampoco son seguros al 100 por 100. La toma de temperatura solo detecta un 70% de las temperaturas elevadas, lo que significa que una de cada cuatro personas con temperatura elevada no es detectada.

Los modelos matemáticos, que tienen en cuenta factores como la toma de la temperatura o que las personas no suelen ser muy claras sobre con su historia de viajes y contactos, estiman que como mucho en la mejor de las circunstancias estos screenings en los aeropuertos detectan un 50% de casos y en el peor de los escenarios un 20%. Aproximadamente un 40% de los pasajeros portadores del virus que han pasado por los controles entran en el país de destino.

Un ejemplo podría ser Singapur. Tiene uno de los mejores sistemas de salud del planeta gracias a la financiación pública, los costes de tratamiento son bajos y existe un buen ratio de médicos por habitante que ayuda en un brote de esta naturaleza.

Usando Singapur como un estándar para la detección del COVID-19, un modelo matemático predice que Estados Unidos, Japón y países de Europa tal vez solo estén detectando un 38 por ciento de los casos relacionados con los viajes. En los países con sistemas de salud poco desarrollados el modelo predice que el 89% de los casos pueden no ser detectados.

El éxito de Singapur se basa en el gran esfuerzo de las autoridades en el control de fronteras, pero aun así a día de hoy los investigadores de Singapur declaran que 8 casos de los 84 declarados no están conectados con exposiciones claras al patógeno.

¿Qué pasará? Nadie lo sabe. Confiemos en el sistema de salud, en los profesionales de la medicina y sigamos las recomendaciones que se han repetido una y otra vez. ¿Cuántas veces se lavó hoy las manos después de tocar lugares u objetos de acceso público?

Compartir el artículo

stats