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El duelo del 5A

Feijóo y Caballero son los dos candidatos con más opciones de presidir la Xunta

Los gallegos elegirán el 5 de abril para regir los destinos de Galicia durante los próximos cuatro años entre Alberto Núñez Feijóo (58 años, nacido en Os Peares, licenciado en Derecho y funcionario del grupo A de la Xunta) y Gonzalo Caballero (45 años, nacido en Ponteareas, titulado en Ciencias Económicas y profesor de Economía Aplicada en la Universidade de Vigo). Son los dos candidatos con más opciones de convertirse en presidente de la Xunta.

El primero espera gobernar en solitario tras lograr su cuarta mayoría absoluta y el segundo, con el apoyo de Unidas Podemos y BNG. Igual que en España, podría reeditarse en Galicia un Ejecutivo de coalición, pero en esta ocasión podría ser un tripartito, no un bipartito.

El duelo del 5A lo protagonizarán un veterano en las lides electorales y un novato, que en 2017 dio el salto desde la disidencia del PSdeG a la secretaría xeral del PSdeG, y tres años después, ya es el candidato a la presidencia de la Xunta.

El líder del PPdeG sale a mejorar su marca

El líder del PPdeG sale a mejorar su marcaLos socialistas Emilio Pérez Touriño, Manuel (Pachi) Vázquez y Xaquín Fernández Leiceaga, los nacionalistas Anxo Quintana, Francisco Jorquera y Ana Pontón y los rupturistas Xosé Manuel Beiras y Luís Villares. A todos ellos se enfrentó Alberto Núñez Feijóo en las urnas y a todos venció desde 2009, cosechando tres mayorías absolutas que le han encumbrado como uno de los máximos referentes del PP a nivel nacional, tanto que era el favorito para suceder a Mariano Rajoy, una opción que declinó.

Dentro de 49 días Feijóo volverá a intentar salir invicto de las urnas. En este empeño, su mayor preocupación no es la alternativa que desde la izquierda se pueda articular y visualizar de aquí al 5A. Su rival, el que le puede hacer perder la Xunta, está en campo amigo. Que los 178.405 gallegos que el 10N votaron a Albert Rivera (63.571) o a Santiago Abascal (114.834) vuelvan a apostar por una de estas dos marcas.

El titular de la Xunta durante los últimos once años no está preocupado por ampliar su mayoría ganando votos en el centroizquierda, si no en retener los electores de derecha y centroderecha que la marca del PPdeG aglutinaba hasta ahora. Su gran reto es evitar la fuga de votantes, sobre todo a VOX, pues el partido naranja está en claro declive.

Una de las razones para adelantar los comicios y evitar que coincidiesen con los catalanes fue precisamente impedir una campaña contaminada por el conflicto independentista y, en consecuencia, centrada en la unidad de España, lo que habría favorecido al partido de Santiago Abascal.

El líder del PPdeG no sale a ganar, sale a aprobar con matrícula de honor y repetir mayoría absoluta. La última la logró en 2016 con el 47,5% de los votos. ¡Casi nada! Pero en las filas populares son optimistas. Tanto que desechan la oferta de Cs de ir en coalición y aglutinar el voto conservador. El partido ahora liderado por Inés Arrimadas le ha advertido de que "juega con fuego".

La dirección popular sostiene que Ciudadanos está abierto en canal y se hundirá más el 5-A, y en Galicia ya nunca tuvo mucho éxito. No repetirá el 4% del 10N, vaticina. También apunta que ningún sondeo conocido da representación a VOX en Galicia. Sin tiempo para buscar un buen candidato y sin estructura en la comunidad es casi imposible que mantenga el 7,8% de las últimas generales, valora.

El PPdeG se agarra a encuestas en las que tienen amarrados los 38 escaños. Supondría la pérdida de tres actas, pero tras el desgaste de once años de gestión y tropiezos como la crisis en Sanidad, con el cierre y luego reapertura del paritorio de Verín, como último exponente, no le parece un mal balance.

Recuerda como Feijóo ganó en 2009 contra todo pronóstico siendo un novato a Touriño, que tenía en Madrid el respaldo de Zapatero. Como en 2012, momento álgido de la crisis económica y los recortes del Gobierno de Rajoy, revalidó mayoría absoluta. Y en 2016, reincidió pese al desgaste por la corrupción del PP a nivel estatal y tras haber sido barrido de las alcaldías de A Coruña, Santiago y Ferrol y de la Diputación de Pontevedra en las elecciones municipales de un año antes. A sus 58 años, Feijóo quiere repetir hazaña. Si lo logra,no habrá quien le tosa. En Génova, respirarán aliviados, pero también se echarán a temblar. La receta del éxito electoral de Feijóo ya no podrá ser desoída por Pablo Casado. Se impondrá un giro en el PP.

El vértigo de emular al Feijóó de 2009

El vértigo de emular al Feijóó de 2009Si Alberto Núñez Feijóo está preocupado por lo que sus rivales en la banda derecha puedan hacer, Gonzalo Caballero sigue con especial ansia el devenir de quienes pueden ser sus potenciales socios de gobierno en la Xunta o sus compañeros en las filas de la oposición en el Parlamento gallego.

Gonzalo Caballero, que opta por primera vez a la presidencia de la Xunta, igual que Feijóo en 2009, teme que el 5A se resuelva mayormente con un trasvase de votos entre las fuerzas de izquierda. La debilidad de Unidas Podemos en Galicia puede desinflar las opciones de una alternativa al PP en la comunidad, sobre todo si el espacio rupturista llega a las urnas dividido: Podemos y Esquerda Unida, por un lado, Anova y las mareas locales, por otro, y la En Marea de Luís Villares, como el tercero en discordia. Demasiados comensales para una tarta, la de la izquierda, que nunca ha sido la más demandada en Galicia.

Los sondeos apuntan que el bloque de la izquierda está al alza. El Gobierno en Madrid de socialistas y UP ayuda. El PSOE gallego espera crecer en escaños, ahora tiene 14, y sobre todo aguarda tomar distancia con respecto a sus rivales en la banda de babor, y así consolidarse como referente indiscutible de los progresistas en Galicia. Con Emilio Pérez Touriño, como cabeza de cartel, el PSdeG logró 25 diputados en 2009.

En 2016, el PSdeG empató en diputados con En Marea, pero ésta le superó en votos. Ahora, la fractura del espacio rupturista ha convertido al PSOE en la segunda fuerza de la Cámara autonómica, pero Caballero aspira a una mayor brecha entre su puesto y el siguiente en el podio, y no descarta que éste sea el BNG, y no la alianza de Unidas Podemos.

Las encuestas arrojan que los votos que pierda Unidas Podemos, o como decida llamarse en esta ocasión, se repartirán entre el PSOE y el BNG, tanto que la formación de Ana Pontón, ahora con seis escaños, podría pegar un buen subidón.

Gonzalo Caballero, que antes de 2017, cuando ganó las primarias a la secretaría xeral del PSdeG, era conocido por ser el sobrino que hacía oposición interna al alcalde de Vigo en el PSOE de la ciudad olívica, se enfrenta a su mayor reto: Ser quien derrote a Feijóo y arrebate al PP uno de sus históricos bastiones. Da vértigo. Para ello, debe perfilar un proyecto que ilusione y movilice a las bases progresistas, rodearse de un equipo serio que transmita que Galicia estará en buenas manos y confiar que sus potenciales socios en San Caetano hagan su parte de los deberes.

El adelanto electoral ha complicado la aventura de Gonzalo Caballero, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo. Los socialistas contaban con los Presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez para dar un empujón a las expectativas electorales del PSdeG. No están ni se les espera. Moncloa no presentará su proyecto de Cuentas hasta que amarre el voto de ERC, y esto puede demorarse hasta abril o mayo.

Los socialistas confían que una caravana de ministros y varias visitas del presidente del Gobierno impulsen la candidatura del PSdeG. También presumen de que el partido acude a la cita electoral en armonía y paz. No se esperan líos ni cambiazos en las listas, como en el pasado. Eso sí, Gonzalo Caballero tendrá que negociar su composición con los barones provinciales, y ellos engrasarán la maquinaria electoral para que todo esté a punto para la campaña.

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